El cambio climático está convirtiendo al Mediterráneo en un mar caliente, estas aguas que ahora llegan a los 22 grados centígrados son una trampa meteorológica de grandes dimensiones, como se aprecia en las consecuencias de la DANA de los últimos días, con más de cien muertos y desaparecidos, además de numerosos daños materiales. ¿Hasta qué punto las previsiones meteorológicas fueron las adecuadas? ¿Hubo suficiente antelación al lanzar la alarma?
Pero no debemos olvidar que también la isla de La Palma padeció un episodio similar, con un número importante de víctimas. Se conoce como Riada del Llanito, y fue el 16 de enero de 1957, la zona más afectada fue Breña Alta pero también hubo estragos en el municipio de Mazo. La orografía palmera, de cresterías, riscos y profundos barrancos, viene a recordarnos que si se produce un diluvio las consecuencias serán fatídicas.
Aunque hay discrepancias sobre el número final de víctimas, en algunos registros de internet se habla de 34 muertos, aunque también se rebaja la cifra a 23 o 24. Hubo muchos cuerpos que nunca pudieron ser recuperados, porque acabaron en el mar, arrastrados ferozmente por los barrancos. También las lluvias dejaron estragos en Los Quemados y El Charco, de Fuencaliente, así como en Jedey y Las Manchas, en El Paso y Los Llanos de Aridane.
Muchos poetas palmeros dejaron constancia de este suceso en décimas que escribieron y que fueron recopiladas posteriormente por Justo R. Pérez Cruz en el libro titulado ‘Las décimas del temporal de 1957“ (2005).
Un abuelo mío que había visto temporales en Cuba siempre me decía que, si alguna vez llovía fuerte sobre los montes que circundan el Valle de Aridane, se podría producir una tragedia de grandes dimensiones.
En efecto: cuando yo era chico el barranco de Tenisca venía tan cargado de agua algunos inviernos que rompía la carretera, entonces denominada Avenida Exterior, de Los Llanos de Aridane. Hoy en día los barrancos del Valle han sido alegremente ocupados por urbanizaciones, y al barranco Tenisca le han dejado un cauce miserable.