¿Quo vadis La Palma?

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Utilizando esta famosa frase latina, y en el contexto de esta Semana Santa que finaliza, procedemos a realizar la pregunta, la gran pregunta de ¿A dónde vas La Palma? Estos días, o mejor semanas, que nos han precedido, se han producido una serie de hechos, que nos llevan interrogarnos sobre la realidad y las cuestiones que afectan a la isla y a sus habitantes. Se podría empezar por toda una serie de cuestiones, pero me voy a permitir la libertad de empezar por el famoso ecoresort de Breña Alta, y la oposición al mismo de los ‘auto titulados ecologistas’. La verdad que una vez que he oído, leído y visto cuál es el grueso de la oposición al complejo turístico en cuestión, me lleno de perplejidad al observar la carencia de argumentos de peso, la falta de consistencia en sus planteamientos, y lo más grave la falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos de esta isla. Pero todo esto no solo se podría aplicar a las protestas que se han producido últimamente, sino al porqué de la actitud de cierto movimiento ecologista, que a lo largo del tiempo, parece que actúa a impulsos concretos, cuando salen determinadas noticias en la prensa, y no existe durante todo el año, aun existiendo bastantes materias sobre las que poder actuar y trabajar. 

Antes de entrar en detalle, quiero dejar sentado que no estoy en contra del ecologismo serio, que no solo lucha en contra de lo que entiende que no es adecuado, sino que puede aportar otras vías o soluciones, y que genera un trabajo diario que es consecuente con su planteamiento vital, pero eso desgraciadamente en La Palma, no lo tenemos. Como ejemplo de todo esto, me pregunto dónde han estado o están los ecologistas en temas esenciales como qué hacer y cómo recuperar las zonas afectadas por el volcán Tagojaite, y qué hacer para recuperar la vida de las personas afectadas por el susodicho volcán. Qué hacer con el desmesurado número de ayuntamientos que tiene esta isla, con todo el atraso y la pérdida de dinero público que eso significa, y con la locura del excesivo número de planeamientos urbanísticos que generan toda una serie de contradicciones, que complican la vida de los habitantes de esta pequeña isla. Dónde están los ecologistas en el tema del agua, cuál es su opinión y su trabajo sobre el hecho de que el agua existente en un Parque Nacional sea privada y no pública, y nunca se les haya oído nada al respecto, cuando a tenor de la legislación europea esto sería impensable e ilógico, aparte de un ‘deja vu’ histórico producto de la época de la conquista colonial. Y ya que estamos con el agua, qué han hecho por la racionalización del transporte del agua, por la mejora de la distribución del agua en toda la isla, qué piensan sobre el consumo excesivo de recursos hídricos para sostener una agricultura de exportación que solo se dedica a vender sin generar valor añadido. Qué tienen que decir sobre la posible industrialización del sector primario para que se produzca de una vez un valor añadido a dicho sector, que genere una verdadera mejora de renta, así como creación de empleo. Qué tienen que decir sobre las subvenciones al sector platanero, que hipotéticamente se realizan para una mejora de renta, y a ver cómo se conjuga la mejora de renta con un sistema de subvenciones que son lineales y no progresivas, como tendrían que ser si fuesen de verdad de mejora de renta. Cuál es su opinión sobre que la inmensa mayoría del empleo en La Palma sea público (Consejería de Sanidad, Cabildo Insular, ayuntamientos, Consejería de Educación, etc.), y que la tan cacareada actividad agrícola genere muy poco empleo. Cuál es su opinión y su trabajo sobre el impacto medioambiental, y de contaminación que generan los Invernaderos, y los productos químicos por ejemplo. Cuál es su opinión de la falta de un plan general de desarrollo de las zonas agrícolas y ganaderas, y la transformación agroindustrial de los productos que generan, calidades, número de explotaciones, terrenos a desarrollar, subsectores a desarrollar, empleo que se puede generar. Cuál es su opinión sobre la situación de la pesca, de las reservas marinas, del nivel de pesca existente o no, de la necesidad de la acuicultura. Cuál es su opinión sobre la Educación, sobre el nivel de estudios que deberían existir en La Palma, de su convergencia o idoneidad con la realidad económica y laboral palmera, y su opinión sobre la política de becas que se debería desarrollar en esta isla. Cuál es su opinión sobre la energía en general, y en particular sobre que los motores de la central eléctrica estén desfasados y que contaminen en unos niveles nada adecuados. Cuál es su posición sobre los planes de desarrollo de la energía eólica, solar, geotérmica, incluso hidráulica. Cuál es su opinión sobre los viales que necesita la isla, y sus obras públicas. Y, para terminar, aunque se podrían nombras más cosas, cuál es su opinión sobre el turismo, en qué zonas, en qué cantidades, con qué características.

Son temas variados y que se enmarcan en la realidad económica, social y vital de esta isla, y sobre los que no he oído, ni visto, ni leído nada o casi nada al respecto. Pero lo que sí aparecen de vez en cuando como el Guadiana es con el recurrente tema de oposición y radicados en el no por el no contra el turismo. Yo les diría que la vida es mucho más que turismo, y es que, refiriéndonos a sus últimas apariciones, les diría que se ciñan a la verdad, que no inventen ni manipulen. Porque cuando oyes que los propietarios de los terrenos donde se ubicaría el complejo turístico en cuestión habían sido amenazados y coaccionados para vender, y yo me pregunto si esto fuera así, porque no lo denunciaron ante la justicia. También manifestaron que se procedería a un tipo de expropiación, tipo ‘manu militari’, me querrían explicar cuál sería la causa expropiatoria. Llegaron a manifestar que este proyecto se basa en un modelo caduco y expansivo como el turismo existente en Tenerife o Gran Canaria, de verdad se han oído, se creen sus propias mentiras, comparar un complejo determinado con el modelo de turismo de sol y playa existente en el sur de ambas islas, por Dios, un poco de rigor. Y ya la perla final es que afirmen que la participación de unas 300 personas en una manifestación viene a significar que la población de La Palma está en contra de la reseñada instalación turística, francamente no sabía yo que la población de La Palma era inferior a la de La Graciosa, para que 300 personas representen la voluntad de los palmeros. 

Podríamos decir más cosas, pero creo que la más importante es que estos señores deberían en primer lugar enterarse un poco de cómo deben ser las cosas. Si quieren luchar por La Palma, perfecto, bienvenidos sean, pero señores, para todo, no para decir ‘no’ a las cuestiones de un sector determinado. Hay muchos temas sobre los que trabajar, opinen, manifiesten su oposición o conformidad, pero con razonamientos serios, y procurando ofrecer alternativas, porque el ‘no por el no’, no conduce a nada. Somos la isla más envejecida de Canarias, a la cola de la recuperación poscrisis, a lo que tenemos que sumar lo que ha significado el volcán, lo que redunda mucho en que los jóvenes no solo se sigan yendo, sino que no haya manera de que vuelvan. Y muchas de las familias de la isla viven de las subvenciones, del empleo público y de las pensiones de jubilación, en resumen, vamos hacia una muerte a cámara lenta, vamos hacia la nada.