El Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA) ha ordenado el confinamiento de cuatro barrios de la costa de Tazacorte , en La Palma, ante la previsión de que la lava llegue al mar en las próximas horas. La medida se toma ante la posibilidad de que se liberen gases nocivos para la salud.
La decisión de confinar cuatro barrios de la costa de Tazacorte se adopta después de que las dos ríos de lava que descendían hacia el mar se unieran y el frente ganara en velocidad, hasta los 100 metros por hora. El que discurría por la zona norte del volcán, por encima de coladas anteriores, cobró fuerza este domingo por la tarde e irrumpió con fuerza en el barrio de Todoque, sepultando, entre otras edificaciones, la iglesia y el centro de salud.
El comité científico del Pevolca (Plan de Emergencias Volcánica de Canarias ) ya había advertido en la rueda de prensa del mediodía de que esa colada descendía con fluidez, al contrario de la que circulaba por el sector sur, que avanzaba a unos 30 metros por hora, había recorrido alrededor de 2,5 kilómetros y había afectado a nuevas zonas, eriales y pastos.
Los indicadores registrados en las últimas horas apuntaban a una estabilización del proceso eruptivo. Así lo anunciaba la directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, que señalaba que se había producido un descenso de la sismicidad, del tremor sísmico (vibraciones producidas por la circulación de fluidos dentro del edificio volcánico), y de las deformaciones sobre la superficie.
El Involcan (Instituto Volcanológico de Canarias) informaba en idéntico sentido y hablaba de un proceso de deflación. Es decir, de “una disminución de la presión en el sistema magmático” que, sin embargo, no supone “necesariamente” que la erupción esté cerca de llegar a su fin.
Los científicos recuerdan que el volcán, que no ha dejado de rugir en todo el domingo, en momentos con fuerza, puede seguir experimentando episodios de mayor explosividad que se sientan en un radio de cinco kilómetros desde el centro emisor. Insisten en que es un comportamiento típico de los procesos eruptivos de tipo estrombolianos, como los que se dan en Canarias, con la actividad concentrada en el cono de Cumbre Vieja.