“Sólo reconectar conmigo misma y mi cuerpo me ha permitido ir saliendo del pozo”. Magdalena Piñeyro Bruschi, licenciada en Filosofía y máster en Teoría Feminista, es cofundadora de la plataforma Stop Gordofobia y participó en días pasados en las jornadas Sexualidad, diversidad funcional y violencias corporales con perspectiva de género que se celebraron en el Espacio Cultural de CajaCanarias de Santa Cruz de La Palma. En una entrevista con La Palma Ahora asegura que “las personas gordas vivimos en una situación de constante discriminación y exclusión”. Considera que “es importante la visibilización de los cuerpos gordos en todos sitios para romper con el modelo único de cuerpo”. Cuando se le pregunta qué mensaje quiere transmitir a la sociedad, responde: “Existimos. Y no vamos a pedir perdón ni permiso”.
-¿Por qué nace la plataforma Stop Gordofobia?
-Stop Gordofobia nace de la necesidad de politizar la gordura, de denunciar la discriminación de los cuerpos gordos y situar esta discriminación en una sociedad que odia, humilla y patologiza la gordura.
-¿Cuál es la causa de la discriminación de las personas con sobrepeso?
-No creo que pueda decir una única causa ni un origen de la discriminación de las personas gordas, pero sí que está estructurada por tres factores entrelazados: la estética, la salud y la moral. La primera ofrece el modelo externo de cuerpo, el cual obviamente es delgado (y a veces atlético); la segunda ofrece un modelo interno de cuerpo que es sano; la tercera ofrece un modelo de conducta que ensalza el autocontrol y la disciplina. El entrelazamiento de estos tres factores (que he llamado tripartito gordofóbico) es, a mi modo de ver, la columna vertebral de la gordofobia, pues considera que el cuerpo delgado se corresponde internamente con la salud y la disciplina, asumiendo que -por el contrario- el cuerpo gordo es un cuerpo enfermo e indisciplinado que merece ser corregido, excluyendo hechos tales como que la gordura tiene diversos orígenes o causas, lo mismo que las conductas de las personas gordas también son diversas (hay cuerpos gordos sanos y otros enfermos; hay gente gorda que cuida mucho su alimentación y otra que no; hay gente gorda que hace deporte y otra que no, sin que nada de esto repercuta de manera directa en su peso corporal). Llegamos entonces a la conclusión de que no sabemos nada de las personas gordas (ni de nadie) con el simple hecho de mirarlas, que todo es prejuicio, un prejuicio que, por cierto, sí genera serios problemas de salud: las personas gordas vivimos en una situación de constante discriminación y exclusión en todos los espacios de nuestra vida (trabajo, educación, relaciones sociales, etc.) que afecta a nuestra autoestima y desarrollo personal, la gordofobia es un ataque directo hacia nuestra salud mental.
-¿Se ha sentido rechazada alguna vez? ¿en qué ámbitos?
-Sí me he sentido rechazada, sí he sufrido gordofobia. Todas las personas gordas la sufrimos. Como opresión, es algo que sucede en todos los espacios de nuestra vida y a todas horas: las personas gordas somos gordas siempre. Yo he sido discriminada en el consultorio médico, al ir por una dolencia que no tenía nada que ver con mi peso y terminar saliendo de allí con una dieta en las manos después de que una doctora me dijera “a ver si dejamos las hamburguesas!” con tono burlón (soy vegana, sirva la ironía). Fui discriminada también en colegio, me han mirado con asco e insultado en la calle (gente desconocida), mi primer pareja me dijo que dudaba si empezar a salir conmigo porque soy gorda, y también sufrí gordofobia mientras hacía deporte. Desde que soy administradora de Stop Gordofobia también recibo insultos allí, y hasta deseos de enfermedad y muerte. La gente gorda es constantemente discriminada, sólo que es una discriminación que está tan normalizada que no todo el mundo la ve. Hay gente gorda que es rechazada en entrevistas de trabajo, gente gorda humillada en televisión, gente gorda siendo el centro de mofa de memes de internet, un control total sobre los cuerpos que engordan (cuántas veces un famoso o famosa es noticia por esto?). Vivimos en una sociedad profundamente gordofóbica que ensalza la delgadez a la par que rechaza con todas sus fuerzas la gordura. Llegando al punto de preferir la enfermedad o la muerte que la gordura (véase algunos casos de anorexia o bulimia).
-¿A nivel laboral también existe discriminación?
- Sí, existe mucho rechazo a nivel laboral, que dividiría en dos tipos, uno directo y otro indirecto. Del directo nos llegan muchas denuncias a la página de Stop Gordofobia: son esos casos en los que las personas gordas son rechazadas para puestos de trabajo por su cuerpo, diciéndoles que no dan con el perfil o imagen de la empresa (eufemismos) o claramente porque son gordos/as y en dicha empresa no contratan gente gorda. Luego está la indirecta, que es la que me sucedió a mí: yo misma me excluyo de determinados trabajos, no presento currículum porque sé que me van a rechazar y no me expongo al rechazo: como gorda sé que no me van a contratar de dependienta en determinados sitios, sobre todo en tiendas de ropa donde no se vende ropa de mi talla.
-¿Cómo le afectan los comentarios despectivos y los chistes sobre gordas y gordos?
-Los comentarios y chistes gordofóbicos son terribles para cualquier persona gorda, se están riendo y burlando de nosotras y nosotros. Todo esto genera, normalmente, un rechazo de nuestro cuerpo, de ti misma (tú eres tu cuerpo). Siempre sale este tema en las charlas que doy: debido al odio gordofóbico las personas gordas terminamos viviendo nuestro cuerpo como un tránsito, como algo inacabado, como algo que debemos cambiar, perpetuando la idea de que no puedo ser feliz hoy y ahora porque estoy mal así, y todo lo bueno va a pasar cuando por fin logre cambiar este cuerpo que tengo con el que me dicen que no tengo derecho a disfrutar de la vida ni a ser feliz.
-¿Se ha planteado alguna vez bajar de peso por la presión social?
-Sí, me he planteado perder peso por presión social. Hice mi primera dieta con 11 o 12 años y no paré de intentarlo hasta los 27 años en que dije ¡Basta!. Me cansé de torturarme con dietas milagro y de dejarme torturar con nutricionistas que me trataban de enferma y sólo alimentaban el odio por mí misma. Tras todos estos años de dietas y nutricionistas subí 15 kilos y sufrí ansiedad y depresión. Sólo reconectar conmigo misma y mi cuerpo me ha permitido ir saliendo del pozo.
-¿Y por motivos de salud?
-Nunca he tenido problemas de salud por mi peso. Mis analíticas son perfectas. Si el día de mañana me dijeran que tengo colesterol, pues cambiaría algo de mi alimentación, pero no por bajar de peso. Sino por mi salud. En cualquier caso sí que cambié mi alimentación estrictamente hace dos años para hacerme vegana (no por bajar de peso sino por amor a los animales) y esto no lo hubiera logrado si no fuera por esta reconexión conmigo misma de la que te hablaba antes. Creo que cualquier decisión que tomemos sobre nuestro cuerpo debe ser tomada desde el amor. Y la gordofobia solo infunde odio.
-¿La gordofobia ataca más las mujeres?
-Todas las personas gordas sufren gordofobia más allá de su género, pero sí es cierto que las mujeres sufrimos en más cantidad la gordofobia. No podemos olvidar que la sociedad machista exige a las mujeres belleza para su validación social, una belleza estrictamente relacionada con la delgadez y que pone a nuestros cuerpos en el punto de mira constantemente, y conlleva que todo el mundo se crea con derecho a opinar sobre ellos (su peso, su belleza, la ropa que lleva puesta, su sexualidad, etc.). No ser delgada y bella te deja totalmente excluida del ámbito del deseo, que es al que nos han confinado a las mujeres, y la crítica constante sobre nosotras está ahí.
-¿Cuáles son las herramientas para combatir la gordofobia?
-Creo que es importante la visibilización de los cuerpos gordos en todos sitios, para romper con el modelo único de cuerpo. Es importante también que la medicina vea más allá de la imagen, que la industria deje de vendernos hamburguesas a la vez que pastillas adelgazantes, y que (por el bien de la salud mental de todos y todas) se deje de opinar, comentar y machacar a cuerpos/personas sobre las que poco o nada sabes. Es importante asumir que existe la diversidad y abrazarla, y educar a las nuevas generaciones para que la abracen también en toda su amplitud. Creo que necesitamos aprender a relacionarnos y a tomar decisiones desde el amor... necesitamos dejar de difundir odio y empezar a difundir amor por los cuerpos, que al final es lo que somos. Esto último es para mí lo fundamental.
-¿Qué mensaje quiere lanzar a la sociedad?
-Existimos. Y no vamos a pedir perdón ni permiso.