Admite que ‘máquinas de procrear’ es la “definición perfecta” para la mujer iraní. “Su función es tener hijos para aumentar la población”, ha asegurado a LA PALMA AHORA el alemán Reinhard Lamsfuss, que reside en España desde hace 24 años y es responsable del Equipo de Irán de Amnistía Internacional (AI). Este activista ha ofrecido este jueves una conferencia en la Casa Salazar de Santa Cruz de La Palma, invitado por el grupo local de AI, con el título ‘Procrearás: ataques contra los derechos sexuales y reproductivos de la mujer“.
La labor de Lamsfuss es “poner en práctica en España las recomendaciones que vienen de nuestra central en Londres donde se encuentra el Equipo de Irán del Secretariado Internacional de Amnistía Internacional”, ha precisado a este digital. “Amnistía quiere que se retiren dos proyectos de ley que amenazan aún más los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, y que consolidarían su discriminación en todos los ámbitos de la vida”, subraya. “Estos proyectos de ley limitarían significativamente a las mujeres el acceso a los anticonceptivos y las excluirían del mercado de trabajo si no han tenido al menos un hijo”. Recuerda que “el empleo es mayoritariamente para hombres casados con hijos y luego para mujeres con hijos, también casadas, porque la convivencia en pareja no se concibe; las féminas solteras no pueden acceder a un puesto de trabajo”.
Reinhard Lamsfuss, especialista en discriminación de la mujer en Irán y en represión de activistas y defensores de los derechos humanos, asegura que las féminas son máquinas de procrear porque “la intención de esos proyectos de ley es aumentar la población, y eso obedece a unos intereses geopolíticos para conservar el peso Irán en el entorno del Golfo Pérsico”. “Se sacrifican los derechos de la mujer en aras de los intereses geopolíticos; no se tienen en cuenta, se hacen proyectos de ley diseñados para aumentar los nacimientos, y ellas no pueden decidir sobre su cuerpo”, insiste.
“La igualdad de género que recoge la Constitución no se cumple”
La Constitución iraní, explica, “recoge la igualdad de géneros, y los políticos y el presidente iraní aseguran que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres, pero eso es en los discursos, porque la realidad es otra”, sostiene. Añade que “la Constitución dice que debe haber igualdad pero sin contradecir los principios de la ley islámica, la Sharia, y por ahí entran todas las limitaciones; las leyes que se establecen no obedecen a este mandato de igualdad”, afirma.
El objetivo de Amnistía Internacional para mejorar las condiciones de las mujeres iraníes es “influir en las personas que toman decisiones en Irán, que no son solo los parlamentarios, porque el Parlamento es una institución entre varias que tienen poder, y este poder está repartido de forma tal que la última palabra la tiene el líder supremo, Alí Jamenei, y el Consejo de los Guardianes, que es un órgano fiscalizador que puede vetar leyes”. En este punto, Lamsfuss, que también trabaja a favor de activistas presas, cita el caso del aborto. “El Consejo de los Guardianes ha supeditado la interrupción del embarazo al peligro de la salud física de la mujer, y ha devuelto la ley del aborto solicitando que se defina claramente qué es la salud física de la mujer, y eso nos lleva a sospechar que lo que pretenden es restringirlo aún más y eliminar totalmente esa excepción”.
A pesar de que el contexto es difícil para la mujer iraní, Lamsfuss tiene esperanzas en que la situación mejore. “Siempre debemos ser optimista en nuestra lucha porque es mejor encender una vela en la oscuridad que no hacerlo; vale la pena luchar, se puede influir en los gobernantes porque les preocupa su imagen y la de su país, y ahí tenemos rendijas en las que poder poner nuestra palanca”.