La vegetación situada en el área de la erupción de Cumbre Vieja, y que corresponde en su mayoría a pinar canario, se está deteriorando “muchísimo” debido a la duración en el tiempo de este proceso volcánico, según ha afirmado el investigador del CSIC Manuel Nogales. Al realizar la fotosíntesis, los pinos lo hacen con gases que son aerosoles ácidos desprendidos del volcán, lo que provoca que tengan un aspecto amarillento, “con una clorosis galopante que ya llega a los cinco kilómetros de distancia del cono”, ha explicado el experto.
Nogales, que dirige a los distintos equipos del CSIC que de forma continua y desde el inicio de la erupción estudian sus efectos sobre la biodiversidad de la zona, explica que la más alejada del volcán se encuentra “aceptablemente bien”, pero la del sur de las coladas es la que más ha sufrido debido a que los vientos alisios trasladan el material magmático, incluidas cenizas y arenas, y producen unos cambios importantes en la vegetación.
Ha explicado que aunque los daños no son tan espectaculares como los producidos por un incendio, sí es un proceso más lento e igual de importante y dañino y, como ejemplo, ha citado que está cayendo mucha pinocha en una época del año que no corresponde, ya que ese proceso natural en los pinos se produjo entre agosto y septiembre. “No sabemos cómo será la recuperación porque es un escenario muy nuevo para nosotros”, afirma el investigador, que recuerda que la erupción del Teneguía de hace 50 años fue mayoritariamente en la costa y no afectó a pinares.
Los equipos del CSIC desplazados a La Palma realizan seguimientos semanales de la flora y la fauna incluidos algunos grupos como los murciélagos e insectos. Nogales afirma que es muy importante este seguimiento porque es la primera vez que se hace sobre la biodiversidad afectada por una erupción volcánica y, por ello, quieren complementarlo con la mayor información posible “porque lo que salga de aquí dará lugar a unas publicaciones interesantes”.
La zona afectada por la erupción es principalmente de pinar pero también de especies características de montes termófilos, como sabinas, y en la costa cardonal tabaibal.
Fauna afectada por el volcán
En cuanto a fauna, Nogales indica que se trata de fauna asociada a esos tipo de hábitats y en el pinar es básicamente los pinzones vulgares, los mosquiteros y herrerillos. En la zona del monte termófilo hay capirotes, currucas cabecinegras y canarios, mientras que en la costa, la fauna se reduce pero ha aparecido una especie nueva que es la curruca tomillera, muy típica de zona de costas. Esta especie ha sido hallada entre dos coladas y en el equipo del CSIC se congratulan de este hallazgo porque en La Palma el “cinturón de vegetación costero” es muy estrecho.
El científico destaca la dificultad de trabajar en un escenario cambiante a diario y ha recordado que de las 32 estaciones con las que comenzaron para tomar todos los datos de flora y de fauna de la zona queda menos de un 10 por ciento porque la erupción volcánica las ha arrasado.
A diferencia de lo que ocurrió con el volcán submarino de El Hierro, que al cabo de pocos años se enriqueció la fauna y la flora del mar de Las Calmas, el científico considera que aquí “hay más incógnitas” y dependerá del tiempo. Se trata de una zona seca por lo que los procesos de neocolonización de plantas y de animales es más lenta que si el volcán hubiese erupcionado una zona húmeda “donde los procesos se aceleran muchísimo”.
No obstante, confía en la capacidad de recuperación del pino canario “que ha nacido entre volcanes” y afirma que, aunque será un proceso largo, el daño causado “será reversible”.