El mayor campamento para migrantes de Canarias se vacía y reduce a la mitad su ocupación
Una de las estrategias empleadas para agilizar los traslados a la Península ha sido reubicar a 16 personas desde Tenerife al centro de El Matorral, en Fuerteventura: “El número de usuarios allí es menor y los desplazamientos serán más ágiles”
Poco queda de las tardes donde cientos de personas se aglomeraban en el exterior del campamento para migrantes de Las Raíces, en Tenerife. La ocupación del recurso de emergencia con más capacidad de Canarias (2.400) ha ido cayendo en las últimas semanas. El Gobierno central ha agilizado las derivaciones a la Península desde este recinto, donde ha llegado a haber hasta 1.600 migrantes. Según datos de Accem, la organización contratada para gestionar el recinto, ahora conviven en las carpas cerca de 800 usuarios. Una de las estrategias empleadas por el Ejecutivo estatal para seguir vaciando el centro ha sido derivar a un grupo de 16 personas al campamento de El Matorral, en Fuerteventura.
Suleiman* es uno de los senegaleses que, tras dos meses en Las Raíces, permanece ahora en el recurso de emergencia instalado por el Ministerio de Migraciones en el antiguo Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) majorero. Según el joven, Accem le planteó la posibilidad de salir de la isla rumbo a otro lugar y él, desesperado por abandonar las carpas del establecimiento de La Laguna, aceptó. En una conversación con esta redacción asegura estar “muy bien”, con la esperanza de que su estancia en Fuerteventura sea corta y solo un punto de paso para viajar a la Península.
Fuentes de Accem explican que esta decisión se ha tomado para agilizar el traslado a otras comunidades autónomas porque desde Las Raíces se están produciendo “bastantes derivaciones”. En El Matorral, el número de personas es menor y los desplazamientos “serán más ágiles”. Desde la ONG insisten en que, pese a que llama la atención el traslado de personas a otra isla por no ser algo frecuente, “es un tema organizativo”. “Creemos que es algo puntual. Por el momento, no consta que esté previsto enviar a nadie más a otro campamento” , señalan.
El aumento de las derivaciones ha favorecido la distensión en el ambiente que caracterizaba a Las Raíces. La falta de respuestas inmediatas a las peticiones de los migrantes y el bloqueo de su proyecto migratorio después de, en ocasiones, hasta siete meses en Canarias, era uno de los principales motivos de disputa en el centro. En el otro campamento instalado en el municipio tinerfeño de La Laguna, Las Canteras, permanecen hasta el momento 960 personas, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que dirige el espacio.
El Defensor del Pueblo visitó los centros del Plan Canarias del Ministerio de Migraciones entre el 11 y el 17 de abril. En el momento de su visita, todos los campamentos albergaban un total de 3.700 personas. Solo en uno de ellos había mujeres y niños. Se trata de la nave cedida por Bankia ubicada en un polígono industrial de Las Palmas de Gran Canaria. Después de este viaje, el Defensor del Pueblo aseguró que la estancia en tiendas de campaña de los migrantes “es transitoria”, pues “se están construyendo instalaciones fijas en la mayoría de los centros”.
Esta rapidez en los traslados contrasta con la lentitud de 2020, cuando llegaron a Canarias más de 26.000 personas y fueron derivadas al territorio peninsular 2.035. La Delegación del Gobierno en Canarias no ha respondido sobre el número de derivaciones que se han realizado este año ni acerca de la cifra de personas que quedan en los centros del Plan Canarias. La mayor parte de los desplazamientos el año pasado se produjeron en octubre y noviembre, cuando 575 y 603 personas pasaron respectivamente a plazas de acogida humanitaria en otras regiones españolas. Estas fechas coinciden con los meses de mayor presión migratoria en las Islas. En especial, en Gran Canaria. Entre enero y mayo no se produjo ninguna reubicación, según la respuesta emitida por el Gobierno a una pregunta del diputado Jon Iñarritu García (EH Bildu).
La imagen de Canarias como una “isla cárcel” se va diluyendo a cuentagotas. Distintos episodios han marcado la lucha contra la reclusión de miles de migrantes en las Islas durante más de medio año. Un ejemplo es el auto emitido por un juez del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de Las Palmas de Gran Canaria que concluye que el pasaporte o la solicitud de asilo son documentos suficientes para que los migrantes puedan viajar desde Canarias a la Península. La resolución supuso el primer varapalo a las trabas impuestas desde el Ministerio del Interior en los puertos y aeropuertos al libre tránsito de personas llegadas a las Islas en pateras y cayucos.
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