El Ministerio de Migraciones ha declarado a Canarias en situación de emergencia ante una ritmo de llegadas de migrantes sin precedentes en la última década. En lo que va de año, más de 23.000 personas han sobrevivido a la ruta canaria, la más mortal del mundo. Aunque los recursos de acogida no están desbordados, la cartera de José Luis Escrivá ha tomado esta decisión para agilizar los trámites y la financiación de los recursos, tal y como ha adelantado El País y ha podido confirmar esta redacción.
Según han explicado desde el Ministerio de Migraciones a Canarias Ahora, se trata de una herramienta contemplada en la Ley de Contratos del Sector Público que permite actuar de manera inmediata ante ''acontecimientos sobrevenidos''. Este mecanismo se utilizó durante la crisis migratoria de 2020, la crisis de COVID-19 y también durante la llegada de desplazados ucranianos a España. En esta ocasión, se activa para ''cubrir las necesidades de atención a las personas migrantes''.
Canarias cuenta en la actualidad con ocho grandes centros. Tres de ellos están situados en Tenerife, tres en Gran Canaria, uno en Fuerteventura y otro en Lanzarote. Además, también hay cerca de una treintena de dispositivos distribuidos por todas las islas del Archipiélago. El Ministerio también se plantea reforzar la capacidad de acogida en las Islas con inversiones que ascenderían a más de 100 millones de euros.
Reforzar la vigilancia
El Ministerio del Interior también ha anunciado algunas medidas para afrontar el repunte de llegadas de pateras, cayucos y neumáticas a las Islas. En su caso, el departamento de Fernando Grande-Marlaska ha apostado por la vigilancia y el control de fronteras.
En su visita a Canarias, el ministro del Interior en funciones anunció que el Gobierno central enviará un avión de la Guardia Civil al Archipiélago y otro a las costas de Senegal para prevenir la salida de cayucos. Este país es, en la actualidad, uno de los principales puntos de salida de las embarcaciones que llegan a España. La crisis política que atraviesa el país ha empujado a miles de jóvenes al mar.
La emergencia que vive Canarias en la actualidad se distingue de la que atravesó en 2020. Entonces, el cierre de fronteras declarado por la crisis de coronavirus hizo imposible las derivaciones y convirtió a las islas en “cárceles de migrantes''. Miles de migrantes se vieron obligados a dormir en muelles durante semanas y a hacinarse en naves industriales.
Este año las derivaciones a la Península son ágiles, así como también la distribución de los supervivientes en las diferentes islas. Sin embargo, la saturación de los recursos policiales han dejado algunas imágenes similares a las que se vivieron entonces.
Este fin de semana, el CATE (Centro de Atención Temporal de Extranjeros) de Arrecife se desbordó, por lo que la Policía Nacional tuvo que custodiar a los recién llegados en el garaje de la comisaría.
La Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado ha pedido este lunes la “actuación urgente” del Defensor del Pueblo ante “el caos continuado en Canarias”. El escrito denuncia el ''déficit de personal cualificado para poder instruir una adecuada atención a posibles personas solicitantes de asilo y el fracaso en los procesos de cribado de edad de posibles menores''.