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Dos naufragios que pasaron inadvertidos suman 83 muertos más a la ruta migratoria hacia Canarias

El 28 de septiembre de 2024 pasará a la historia como el día que Canarias vivió en sus costas el peor naufragio de migrantes. Nueve cadáveres descansan ya en los cementerios de El Hierro y el gran operativo que buscaba 54 cuerpos en el agua gasta sus últimos cartuchos. Esta tragedia fue la tercera registrada en tres días en el Atlántico. Solo dos días antes, al otro lado del océano, la ruta canaria se había cobrado ya 59 vidas cerca de El Aaiún, en el Sáhara Occidental, según han informado a esta redacción fuentes del colectivo Caminando Fronteras. Un barco pesquero encontró a las dos únicas supervivientes, dos mujeres que pedían auxilio aferradas a los restos de la neumática en la que viajaban y que llevaba cuatro días a la deriva. 

En el naufragio registrado en las costas saharauis perdieron la vida 24 personas: cinco hombres, 16 mujeres, una niña y dos bebés, de acuerdo con los datos que los familiares de las supervivientes han ofrecido al colectivo fundado por la activista Helena Maleno. La zódiac había salido del sur de Marruecos rumbo a Lanzarote, pero nunca llegó. Esta isla, la más oriental del Archipiélago, ha recibido en el último mes 29 embarcaciones con 1.578 personas a bordo, entre ellas 1.204 hombres, 140 mujeres y 234 menores de edad, tal y como recoge el Centro de Datos insular.

El 27 de septiembre, un día después del primer incidente, varias llamadas alertaron de que otra neumática estaba a la deriva. En ella viajaban 62 personas que habían partido de la ciudad de Tan Tan cinco días antes. El agua ya se había terminado. Un buque logró aproximarse a la embarcación, pero solo encontró a 38 supervivientes, que después fueron recogidos por una patrullera de las autoridades marroquíes. Otras 24 personas habían fallecido.

Aunque la tragedia de El Hierro ha sido bautizada como la peor registrada en aguas de Canarias, tanto por el número de víctimas como por lo cerca que se produjo de la costa, son muchas las embarcaciones que se han hundido con centenares de ocupantes a bordo por toda la ruta atlántica, que engloba las salidas desde Mauritania, Senegal, Gambia, Marruecos y el Sáhara Occidental. Solo entre enero y mayo de este año, 47 pateras y cayucos desaparecieron por completo, sin dejar ni un solo superviviente. En estos cinco primeros meses se han contabilizado 4.808 muertes, consolidándose este paso migratorio como el más mortífero de acceso a Europa.  

Septiembre se dibuja también como un mes letal. El pasado lunes 23 apareció a 70 kilómetros de la ciudad senegalesa de Dakar un cayuco con 30 cadáveres en proceso de descomposición. Las operaciones de recuperación e identificación de los fallecidos fueron ''muy delicadas'' por el estado en el que se encontraban los cuerpos, tal y como reconocieron las Fuerzas Armadas de Senegal.

Caminando Fronteras señala como causas del aumento incesante de las muertes las dificultades de propias de esta larga travesía, la precariedad de las embarcaciones en la que viajan los migrantes, así como la falta de coordinación entre los Estados para activar los rescates cuando se trata de personas migrantes.

Las víctimas del naufragio de El Hierro ya han sido enterradas. Solo dos de ellas han podido ser despedidas con nombre y apellido: Amadou Touré y Mahamaud Sima. En los nichos de los demás solo figura la palabra ''inmigrante'', el número de su cayuco, el 190, y el número de ocupante que se le asignó. Mientras tanto, sus seres queridos y los del resto de desaparecidos tratan de encontrar respuestas a través de colectivos y organizaciones: ''Buscan supervivientes o un cuerpo que enterrar''.