Al menos noventa personas han muerto en los últimos diez días en la ruta migratoria canaria

Migrantes rescatados este domingo al sur de Tenerife. (EFE/ Ramón De La Rocha)

Canarias Ahora

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Al menos noventa personas han muerto en la ruta migratoria canaria en los últimos diez días. El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad 1-1-2 del Gobierno de Canarias ha informado la mañana de este domingo del fallecimiento de uno de los 65 ocupantes, todos hombres, que viajaban en una embarcación rescatada por Salvamento Marítimo al sur de la isla de Tenerife. Otras cuatro personas han tenido que ser trasladadas desde el puerto de Los Cristianos el hospital, dos de ellos en estado grave y otros dos en estado moderado, mientras que seis fueron atendidas en distintos centros por afecciones leves.

La barca fue avistada cuando navegaba este domingo cerca de la playa de La Mareta, en el municipio de Granadilla de Abona, al sur de la isla, hacia donde se dirigió una embarcación de Salvamento Marítimo que la escoltó junto a una patrullera de la Guardia Civil hasta el puerto de Los Cristianos, en Arona.

La ONG Caminando Fronteras informaba este sábado que al menos 51 personas habían perdido la vida en un naufragio cuando se dirigían a Canarias. Las víctimas mortales son once mujeres, tres menores y 37 hombres de países como Senegal, Gambia, Etiopía, Sudán o Sri Lanka. La activista y defensora de los derechos humanos Helena Maleno señaló que los migrantes pasaron “ocho días de horror” en una neumática a la deriva. 

Maleno ha explicado a la agencia Efe que la embarcación partió de la localidad marroquí de Tan Tan con 55 personas a bordo y que, tras ocho días a la deriva, llegó de nuevo a la costa marroquí con cuatro supervivientes a bordo. La activista señala que un día después de que zarpara, el 23 de junio, las autoridades de rescate españolas recibieron una posición del teléfono satelital que llevaban los migrantes a bordo.

Los servicios de rescate españoles reportaron luego a Caminando Fronteras que habían comunicado la posición a las autoridades marroquíes, las cuales les contestaron que la embarcación no estaba allí. Dos de los supervivientes, con los que Caminando Fronteras pudo hablar, se encuentran ingresados en el hospital de El Aaiún, en el Sáhara Occidental. Se trata de un sudanés y un marfileño, que sufren de deshidratación y quemaduras.

Ellos relataron que de los 55 tripulantes de la embarcación solo sobrevivieron cuatro personas. Se desconoce si los otros dos están en otro hospital o bien han sido detenidos por las autoridades marroquíes, en cuyo caso suelen ser expulsados del país o desplazados a zonas del interior de Marruecos.

Lo que relatan de los ocho días a la deriva, dijo Maleno, es “un infierno”, hasta que las propias corrientes los volvieron a dirigir a la costa para acabar llegando a un punto entre Tan Tan y Tarfaya. 

El de este sábado fue el segundo naufragio en apenas diez días. El pasado 21 de junio murieron al menos 37 personas que intentaban alcanzar Canarias. Esta tragedia puso de manifiesto la descoordinación entre España y Marruecos a la hora de decidir qué Estado se encarga del rescate y el consecuente retraso en la asistencia a los náufragos.

Unas grabaciones publicadas en exclusiva por la Cadena SER confirmaron que España delegó en Marruecos el rescate de la patera. El oficial insistía en que las aguas en las que estaba la barca eran zona de búsqueda y rescate españolas. Sin embargo, desde el centro coordinador de Salvamento Marítimo de Las Palmas insistían en que eran aguas marroquíes. Las autoridades de Marruecos llegaron 12 horas después.

Un día antes de esa tragedia, fallecía una mujer embarazada que viajaba en una lancha neumática que fue localizada por un pesquero a pocos metros de la costa de Lanzarote.

Helena Maleno ha señalado que a día de hoy permanecen desaparecidas en aguas atlánticas otras cinco embarcaciones salidas en junio desde la costa de Marruecos, entre Tan Tan y Agadir, hacia las Islas Canarias con 266 personas a bordo, tanto subsaharianas como marroquíes.

El último informe de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) evidenció que el control fronterizo y el aumento de autoridades en las costas no estaba reduciendo el número de muertes en la ruta canaria. Por el contrario, esta vía de acceso a Europa sigue siendo una de las rutas migratorias más mortales de todo el mundo.

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