Un total de 51 de los 174 migrantes que han alcanzado El Hierro este sábado son pakistaníes y sirios, según han confirmado fuentes de los equipos de emergencia y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
No es frecuente que los pakistaníes en su proceso migratorio recalen en Canarias y hagan uso de la ruta atlántica, pero recurren a ella después del endurecimiento tan violento que ha sufrido el paso por el Mediterráneo central.
Según un informe publicado por Midex Migration Center (MMC), entidad colaboradora con la ONU, los cruces desde Turquía hacia Europa han disminuido drásticamente, ya que Grecia ha intensificado las patrullas marítimas y ha construido una valla fronteriza a lo largo del Evros. “Estos acontecimientos han ido acompañados de expulsiones violentas y abusos sistemáticos de los derechos humanos contra refugiados y migrantes, incluidas detenciones ilegales, agresiones físicas, robos y humillaciones”. El informe señala en cifras la consecuencia de este trato que califica de brutal: en febrero de 2022, por ejemplo, se encontraron en la frontera turca los cadáveres de 12 personas que habían sido expulsadas desde Grecia, “muertos de frío tras ser despojados de su ropa y zapatos”.
Según Midex Migration Center, los datos más amplios disponibles sobre la migración mixta a Europa confirman que el movimiento desde Pakistán ha aumentado significativamente en 2023. Si bien Pakistán ni siquiera figuraba en la clasificación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de los diez principales países de origen entre las llegadas a Europa en 2022, Pakistán fue el quinto país más representado en la primera mitad de 2023, con 5.342 llegadas.
MMC explica que huyen de la violencia, la inseguridad y el conflicto, de la falta de derechos y libertad y por motivos económicos. “Dado el deterioro de la situación económica, el alto desempleo y la inflación galopante, es probable que estos factores hayan evolucionado, y la desesperación y la falta de oportunidades hayan impulsado a más personas a migrar” y advierte que “la devastación y el desplazamiento provocados por las catastróficas inundaciones del año pasado solo han empeorado las cosas”.
En el cayuco llegado a La Restinga, según manifestaron sus tripulantes al llegar al puerto para ser atendidos por Cruz Roja, también viajaban personas procedentes de Senegal, Mali, Gambia y Guinea Conacry, nacionalidades más frecuentes en la ruta atlántica. Salieron de la ciudad mauritana de Nuackchott, pasaron cinco días en alta mar. En la embarcación viajaban siete niños.