La instrucción pastoral de los obispos sobre “orientaciones morales ante la situación de España” admite que pueden arbitrarse medidas de “indulgencia” para los terroristas, siempre y cuando se den una serie de condiciones, como la de renunciar a la violencia y el terror como formas de presión.
El documento, cuyo texto íntegro será facilitado a los medios de comunicación próximamente, fue presentado este viernes en rueda de prensa por el portavoz de la Conferencia Episcopal (CEE), Juan Antonio Martínez Camino, quien reconoció que “es un texto muy matizado desde el principio”, y también en su “redacción final”, aunque agregó que todos los textos de la CEE “son matizados”.
No aparece el término “unidad de España como bien moral”, -Camino negó que “nunca se haya planteado así”- pero sí que se menciona en el texto la “unidad histórica, espiritual y cultural” de todos los pueblos de España, como “un bien que debe ser tratado con determinados criterios de tipo moral”.
Durante la rueda de prensa se facilitó a los periodistas el índice y un resumen de algo más de dos folios sobre la instrucción pastoral, que comienza exponiendo la realidad de “una situación nueva” que los obispos sintetizan como una “fuerte oleada de laicismo”, y en la que ponen de manifiesto que la “reconciliación está amenazada”.
Y en esta línea, los obispos valoran como positivo el “advenimiento de la democracia” y elogian los “grandes valores morales que, sobre el trasfondo de la reconciliación hicieron posible la Constitución de 1978; pero, a continuación, llaman la atención sobre el ”peligro que supone dilapidar los bienes alcanzados y reabrir viejas heridas con una utilización de la memoria histórica'guiada por una mentalidad selectiva“.
El “laicismo radical y excluyente, -añade el resumen facilitado este jueves- impulsado por algunos sectores, está en la base de algunas legislaciones, promovidas recientemente en España, que deterioran gravemente el bien común de una sociedad, formada en buena parte por católicos”.
La instrucción condena tajantemente el terrorismo, a la vez que recalca que “una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político legítimo de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político”.
Los obispos expresan a las víctimas y sus familias su “afecto, respeto y solidaridad”, a la vez que aportan en el documento “una palabra sosegada y serena que ayude a orientarse en la valoración moral de los nacionalismos en la situación concreta de España”.
Y dice al respecto que “la Iglesia reconoce la legitimidad de las posiciones nacionalistas, siempre que, como todo proyecto político justo, se justifiquen en referencia al bien común de toda la población directa o indirectamente afectada”.
“La unidad histórica y cultura de España -dicen los prelados- puede ser manifestada y administrada de muy diferentes maneras. En esta cuestión la Iglesia se limita a recomendar a todos que piensen y actúen con la máxima responsabilidad y rectitud, respetando la verdad de los hechos y de la historia, considerando los bienes de la unidad y de la convivencia de siglos, y guiándose por criterios de solidaridad y respeto hacia el bien de los demás”.
La CEE recalca también que para mejorar la democracia “es absolutamente necesario respetar el recto funcionamiento de las instituciones, especialmente la autonomía del poder judicial y la libertad de los jueces”, así como el respeto y protección de la libertad religiosa.
A la vez, los obispos realizan “un ejercicio de autocrítica” y reconocen que “también la falta de clarividencia y de vida santa entre los católicos han contribuido el oscurecimiento de la fe y al desarrollo de la indiferencia y del agnosticismo teórico y práctico, en nuestra sociedad”.
Alertan también, en las circunstancias actuales a los católicos, para que eviten el “riesgo de adoptar soluciones equivocadas”, como la tentación de caer en la desesperanza, en el enfrentamiento -las diferencias no tienen por qué degenerar en conflictos“, y el ”sometimiento, que cede a la tentación de diluir la propia identidad e incluso renunciar a ella para acomodarse el contexto social“.
La instrucción pastoral fue aprobada en la tarde de ayer, tras un amplio debate a lo largo de la semana, por 63 votos a favor, 6 en contra, 3 abstenciones y 1 voto nulo, del total de 78 obispos que tienen derecho a voto. Resultado que Martínez Camino consideró un ejemplo de comunión entre los obispos que pocas veces en la historia de la CEE ha sido tan estrecha como ahora en los últimos 4 ó 5 años.