Los cuatro acusados que hasta ahora han declarado en el juicio por la masacre de Madrid, y que se enfrentan todos a más de 38.000 años de cárcel, han coincidido en desmarcarse totalmente del 11-M y uno de ellos se preguntó, además, cómo se le puede relacionar con ETA cuando ni siquiera habla “español”.
En la jornada de viernes declararon dos de los supuestos ideólogos de la matanza, Youssef Belhadj y Hassan El Haski, después de que este jueves lo hiciera el tercer acusado al que se considera autor intelectual del 11-M, Rabei Osman El Sayed, Mohamed El Egipcio, cuya declaración quedó interrumpida a petición de su abogado hasta el 26 de febrero.
El último en prestar declaración en la segunda jornada del juicio fue el marroquí Jamal Zougam, considerado autor material de los atentados, y el único que, hasta el momento, ha accedido a contestar a la fiscal Olga Sánchez y a las distintas acusaciones, a las que respondió que estaba durmiendo cuando explotaron las bombas.
Antes de Zougam, quien consideró que los cuatro testigos que le situaron en los trenes le identificaron tras verle en televisión, declaró Hassan El Haski, quien manifestó su asombro porque se le relacione con ETA.
“¿Cómo voy a tener con ellos una relación? Esto es incierto.¿Cómo?, ¿En el cielo?”, exclamó El Haski, quien añadió que ésta “es la misma historia que ocurrió con el medicamento para las cucarachas”.
El Haski, quien al igual que los otros dos supuestos ideólogos de la matanza condenó los atentados, se refería con esta alusión al ácido bórico, sustancia que le fue intervenida al ser detenido en Lanzarote el 17 de diciembre de 2004 y que en un informe que elaboraron tres peritos de la Policía se decía que había sido también hallada a miembros de ETA y a un antisistema.
Este acusado, considerado líder del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) en España, aseguró además que no conocía a ninguno de los procesados y retó a que se encuentre a alguien que le conozca para someterse con él a un careo.
La segunda jornada del juicio arrancó a las 10.10 horas con la llamada a declarar de otro de los considerados ideólogos de la masacre y presunto portavoz de Al Qaeda en Europa, el marroquí Youssef Belhadj.
Belhadj detenido el 1 de febrero de 2005 en Bélgica, es la persona que, con el rostro tapado, supuestamente reivindicó el 11-M en un vídeo localizado en las inmediaciones de la mezquita de la M-30 de Madrid, aunque él negó tener relación con los atentados, así como que fuera el portavoz de Al Qaeda en Europa conocido por el alías de “Abu Dujana” y que reivindicara la masacre.
“Yo condeno los atentados de Madrid y todos los que ha habido en el mundo. Estoy en contra de cualquier forma de violencia”, aseveró Belhadj, quien también rechazó pertenecer al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) o a Al Qaeda y haber recibido instrucciones de Osama Bin Laden o de personas cercanas a él.
También negó su pertenencia al GICM el acusado Jamal Zougam, que fue detenido dos días después del 11-M cuando se le relacionó con la tarjeta del móvil conectado al artefacto sin detonar que fue hallado en la comisaría de Vallecas en la madrugada del 12 de marzo.
“Creo que mi presunción de inocencia se rompió por la tarjeta que se encontró en la mochila de Vallecas”, aseveró Zougam, cuyo interrogatorio continuará el próximo lunes después de que el presidente del tribunal suspendiera las sesión, al manifestar el acusado que estaba cansado.
En otras cosas, Zougam relató que en 2001 dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) le propusieron ser confidente, a lo que él se negó porque -dijo- su trabajo no le dejaba tiempo para ir a las mezquitas.
Por su parte, el que fuera confidente de la Guardia Civil, Rafa Zouhier, pendiente aún de prestar declaración, mostró un cartel durante un receso del juicio por los atentados del 11-M en el que se podía leer “nunca provocaré a las víctimas por las que arriesgué mi vida avisando a la Guardia Civil”.
Este gesto de Zouhier provocó que la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, se acercara hasta el habitáculo y tras leer la nota comentó que en la sesión de ayer ya intentó hablar con ella.