La Comisión de Defensa del Congreso aprobó por 34 votos a favor, 1 en contra (de Gaspar Llamazares) y ninguna abstención el envío del nuevo contingente que formará a dos batallones del ejército afgano, solicitado por el ministro.
Esta petición se produce un día después de la muerte de dos soldados -Germán Pérez y Stanley Mera- por la explosión de un artefacto colocado por los talibanes. Tanto Alonso como el presidente de la Comisión, Joaquín Leguina, al igual que los portavoces de los grupos, expresaron su dolor por la muerte de los soldados y la solidaridad con las familias.
El ministro destacó que España está en Afganistán para resolver la “ecuación: seguridad para la reconstrucción” y admitió que los riesgos son “altos” en ese país, con presencia de talibanes, narcotráfico y señores de la guerra, lo que hace a Afganistán un país “inestable e inseguro”. La misión de formación del ejército afgano supone un “paso más” para ayudar al gobierno y autoridades a asumir una mayor responsabilidad, es decir, lograr “una mayor afganización”.
Los militares españoles se ubicarán a unos 15 kilómetros de la base española en Herat y estimó que costará unos 200.000 euros mensuales, además de otros 200.000 euros para las instalaciones. Por un tiempo mínimo de nueve meses, los militares se incorporarán en “muy pocos días” para formar el Ejército afgano, un asunto “clave” para reconstruir el Estado y “clave” para la estrategia de la comunidad internacional, afirmó Alonso.
IU y BNG piden la retirada
Rechazó la retirada de las tropas, como solicitaron IU-ICV y el BNG, al afirmar que la misión está legitimada por la ONU, cuenta con la autorización parlamentaria y tiene un “sentido político absoluto”.
La retirada tendría un efecto “demoledor” para la ONU y supondría la vuelta del régimen talibán, afirmó el ministro. En este sentido agregó que si regresan al poder los talibanes volvería el terrorismo internacional yihadista, y ataques como los del 11-S, 11-M, Londres...
Por otra parte, Alonso destacó que desde el pasado 17 de septiembre todos los vehículos en el exterior cuentan con inhibidores de frecuencia. Según precisó, se han instalado 70 y han sido enviados otros 25.
Sobre Líbano, el ministro dijo que la situación actual está marcada por el riesgo de una nueva escalada de violencia, y recordó el atentado del pasado 24 de junio, en el que fallecieron seis militares del contingente español. Desveló que España se plantea asumir el mando de la misión FINUL de Naciones Unidas en Líbano a partir de febrero de 2009, una vez que se estudie la revisión de la misión en agosto del próximo año.
Respecto a Bosnia, indicó que se está en un proceso de reducción de fuerzas y que el próximo diciembre España asumirá el mando de la operación de las fuerzas multinacionales. En Kosovo, según el ministro, hay una situación “compleja” y se está pendiente de la decisión sobre su independencia, aunque advirtió de que sigue siendo necesaria la presencia de la fuerza internacional y aboga por una solución de consenso en el seno de Naciones Unidas.
De paz o de guerra
Todos los grupos, excepto IU-ICV, apoyaron el envío; no obstante, el PP reclamó que el Parlamento revise la autorización de la misión española en Afganistán, dado que “los cometidos y la forma de operar se han modificado” desde su inicio en 1992.
El portavoz del PP, Fernando López-Amor, argumentó que “esta misión ha sobrepasado los límites de autorización del Parlamento y ha de ser el presidente del Gobierno el que explique ante el Pleno qué se está haciendo en Afganistán”, y subrayó que la situación en aquel país es de “guerra” y el Ejecutivo está “engañando a los españoles” al “ocultarlo”. Desde el PSOE, Jesús Cuadrado, recordó que durante la etapa de Gobierno de Aznar se calificaba a esta misma misión como “de paz”, y consideró que el PP introduce este debate “porque no es capaz de salir de Irak”.
Tanto CiU como PNV apoyaron el nuevo envío, pero alertaron de la “involución” en la situación y el “alto riesgo” de la zona. IU-ICV, por boca de Gaspar Llamazares, sostuvo que la petición del Gobierno es “un gesto” de España “probablemente hacia el Gobierno norteamericano” en un contexto de “deterioro de la situación y de una implicación cada vez mayor en las tareas de combate”.
En similares términos de retirada de tropa se pronunció Francisco Rodríguez (BNG), quien no estuvo presente en la votación final.
Emotivo adiós
Por otro lado, la base española de Herat celebró durante la mañana de este martes, en un emotivo acto castrense, la despedida y honras fúnebres de Germán Pérez y Stanley Mera, los dos militares fallecidos el lunes en un atentado contra las tropas españolas en Afganistán.
Defensa informó de que la ceremonia fue presidida por el embajador de España en Afganistán, José Turpin, acompañado por el teniente general Bernardo Álvarez del Manzano, Jefe del Mando de Operaciones, quien se desplazó el lunes desde Madrid hasta Herat para hacerse cargo del traslado de los féretros hasta Madrid. Los restos mortales de los dos soldados fallecidos fueron portados a hombros por sus compañeros de la Tercera Compañía de la Bandera Roger de Flor de la Brigada Paracaidista (Bripac) hasta un hangar de la zona militar del aeropuerto de Herat.
Posteriormente se ofició una misa “córpore insepulto” y se despidió a los caballeros legionarios paracaidistas al son de la marcha La muerte no es el final, cantada por todos los asistentes. Tras el toque de oración, las autoridades despidieron, a pie de avión, los restos de los dos militares fallecidos, que serán trasladados en un Hércules C-130 a Manás (Kirguizistán), donde embarcarán en un Boeing 707 del Ejército del Aire que les repatriará a España.
Está previsto que este avión aterrice esta madrugada en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
Alta para cuatro militares
De otra parte, cuatro de los seis soldados heridos el lunes fueron dados de alta en el hospital que el contingente español tiene en Herat, mientras que otros dos continúan graves ingresados en el hospital de la base de Farah, recuperándose de la amputación de una pierna, en un caso, y de un pie en otro. Según informó el Ministerio de Defensa, los dos heridos graves en el atentado, Rubén López García, de 19 años y natural de Albacete, y Julio Alonso Sanjuán, de 20 años y de Valladolid, continuaban por la mañana ingresados en el hospital Role 2 en la base de Farah, en Afganistán.
Como consecuencia de las heridas sufridas en el atentado, fue necesario amputar la pierna izquierda a Rubén López García, mientras que a Julio Alonso Sanjuán, le fue amputado el pie izquierdo. Según los médicos que los atienden, actualmente se encuentran estables dentro de la gravedad, precisó Defensa.
Los militares dados de alta son los caballeros legionarios paracaidistas David Ospina Montaño, Carlos Arbelaez Henao, Oscar Bertomeo Fernández y del sargento Carlos Sotos García. A todos ellos se les ha ofrecido la posibilidad de regresar a España y dar por concluida la misión tras lo ocurrido y así lo harán los soldados David Ospina y Oscar Bertomeo, que regresarán en el mismo avión en el que serán repatriados los cadáveres de los dos soldados fallecidos en el atentado.
Por su parte, los otros dos heridos dados de alta -el soldado Carlos Arbelaez y el sargento Carlos Sotos- optaron por permanecer en la misión junto a sus compañeros de la Brigada Paracaidista, que concluirán su rotación en la zona el próximo noviembre. No obstante, el sargento Sotos también viajará hacia España en el avión que repatría los restos mortales de sus compañeros, ya que ha querido hacer de escolta y acompañar a quienes fueron sus subordinados.
Posteriormente se reincorporará a la misión en Afganistán.