Insiste en la necesidad de “anteponer el eje izquierda-derecha al nacional” para “condicionar” las políticas del próximo Gobierno vasco
BILBAO, 9 (EUROPA PRESS)
El candidato a lehendakari de Ezker Anitza-IU, Mikel Arana, advierte de que plantear “la independencia como solución a la crisis es insolidario y poco viable” y ha opinado que el modelo federalista podría ser “un punto de encuentro” que ayudara a “liberar tensiones”. En cualquier caso, ha animado a no centrar el debate electoral en este asunto y ha insistido en la necesidad de “anteponer el eje de izquierda al eje nacional” para “condicionar” las políticas económicas del próximo Gobierno vasco.
En su intervención este martes en el Forum Europa-Tribuna Euskadi, el dirigente de Ezker Anitza se ha mostrado convencido, además, de que si el lehendakari, Patxi López, tuviera “la oportunidad”, volvería a pactar con el PP y ha recordado, en este sentido, que fue el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, quien “rompió” el acuerdo en Euskadi.
En este sentido, ha opinado que “nadie” cree que, si López es reelegido, aplicará políticas distintas que a las del Gobierno central. Asimismo, ha apelado tanto al PSE como a Euskal Herria Bildu para que “antepongan el eje izquierda-derechas al eje nacional”.
Arana ha censurado que EH Bildu “habla de izquierdas” pero “luego pide ir con el PNV a las elecciones generales”, mientras que el PSE “pide los votos de la izquierda” pero acaba “pactando con el PP o con el PNV”.
En cualquier caso, ha precisado que no propone “mayorías de gobierno ni pactos de legislatura” ni “poner o quitar lehendakaris”, sino que, “por ejemplo, en un gobierno en minoría del PNV, PSE, EH Bildu y Ezker Anitza podríamos condicionar políticas económicas de ese gobierno si somos capaces de anteponer la solución a la crisis, las alternativas de izquierda al elemento nacional”.
“Nuestro escenario ideal sería un gobierno en minoría, al que podríamos condicionar a través de una mayoría de izquierdas en determinadas cuestiones”, ha insistido el candidato de Ezker Anitza, que ha opinado que en Euskadi hay “voluntad de cambio” de las políticas desarrolladas durante la última legislatura y del “pacto de Basagoiti y López”.
Asimismo, se ha referido al debate suscitado en torno a la independencia, resaltando que “no es lo que preocupa” a los ciudadanos vascos, si bien el resto de partidos políticos se sienten “cómodos” en él porque “oculta sus similitudes” en materia económica.
Por su parte, ha apostado por un federalismo de libre determinación que, en su opinión, podría ser “un punto de encuentro” entre el “centralismo” de PP y PSE, la demanda de “independencia” de EH Bildu y la apuesta del PNV a la que “ni ellos han sabido ponerle nombre”.
Esta propuesta, según ha añadido, “liberaría de tensiones” y, además, garantizaría un “encaje” en el Estado “por voluntad”, terminado con el denominado “conflicto político”, y un nivel de competencias “que deseáramos sin que el Estado pueda amenazar con quitárnoslas”.
Arana ha advertido a los partidos nacionalistas de que plantear la independencia como “salida a la crisis” es “insolidario”, además de “poco viable” desde el punto de vista económico. De este modo, ha cuestionado “qué hace pensar que la Troika sería más generosa” de lo que está siendo con el Estado español y se ha preguntado “cómo se financiarán las pensiones”.
En el caso de que se produzca una consulta, ha apostado por que no se “limite” a “independencia sí o no”, sino que tienen que plantearse “por lo menos tres” cuestiones: el mantenimiento del actual sistema de autonomías, el estado federal o la independencia.
RENEGOCIACIÓN DE DEUDA Y REFORMA FISCAL
Por otro lado, ante el actual momento de crisis, el dirigente de Ezker Anitza ha abogado por “rebelarse” no sólo en la calle, sino también en las instituciones, y ha subrayado que “ha llegado el momento de las alternativas” a un modelo que “se ha mostrado inservible”. A su entender, la crisis puede ser “incluso una oportunidad” para reforzar el estado del bienestar.
En este marco ha propuesto “alterar las prioridades” para priorizar el bienestar de las personas sobre los intereses de la banca francesa y alemana, “recuperando la soberanía” ante una situación que “el segundo rescate” empeorará.
Para Arana, sería necesario exigir la renegociación de la deuda del Estado español, que ve “impagable”, con una auditoría que permita establecer “qué parte es legítima”, para luego reclamar “una quita de la parte ilegítima” y una renegociación del resto.
Aunque ha reconocido la necesidad de “controlar” el déficit, ha resaltado que no será “lo mismo” si se amplía el plazo y ha recordado que si se ha “disparado” es porque, con medidas como los rescates a entidades financieras, han supuesto “privatizar ganancias y socializar pérdidas”.
También ha apostado por recuperar el modelo vasco de fiscalidad de 2006 para aumentar la recaudación hacer que “pague más quien más tiene”, en vez de “quien tiene nómina”, y luchar contra el fraude fiscal porque con esa cuantía podría haberse financiado “cada uno de los recortes” aplicados por el Gobierno de Patxi López. En esta materia, ha criticado, además, que las haciendas vascas no se planteen “tocar a los que tienen mucho”.
El candidato de Ezker Anitza ha reclamado que se deroguen las dos últimas reformas laborales y que se active la inversión pública y se refuercen los servicios sociales, de manera que las administraciones públicas se conviertan en “motor” de la economía y la creación de empleo.
Asimismo, ha pedido un plan de empleo “con fondos ad hoc”, centrado en los campos de la dependencia, la educación, la sanidad, las energías renovables, el transporte público y la rehabilitación ecológica de vivienda. También cree preciso aprobar una ley de vivienda que impida desahucios de colectivos como los desempleados o los pensionistas por parte de entidades que reciban ayudas públicas.
REPARTO DE COMPETENCIAS FORALES
El político vasco ha abogado, asimismo, por una reforma de la Constitución que permita “una segunda y auténtica transición” y otra de la Ley de Territorios Históricos, para que “desaparezcan” las juntas generales y sus competencias sean “repartidas” entre el Parlamento y los ayuntamientos. A su entender, las diputaciones deben ser “coordinadoras” y no “freno” a determinadas políticas.
También ha defendido una modificación de la Ley electoral para que valga “una persona, un voto”, pero no “a golpe de encuesta” o “a beneficio propio”.