Programas electorales o de lo que no se ha hablado en la campaña

Aunque parezca mentira, porque apenas se ha hablado de ello en la campaña electoral, los partidos y coaliciones que concurren a los comicios del domingo tienen programa para Europa y un deseo unánime de que el viejo continente supere la crisis económica para que pueda mantener su modelo de bienestar social.

Lejos de la clave interna en la que se ha desarrollado la campaña, especialmente por parte de los dos grandes partidos, la maquinaria electoral de las distintas formaciones se puso en funcionamiento hace ya muchos meses para redactar sus líneas programáticas.

En lo esencial apenas se adivinan diferencias. Todos se declaran europeístas y todos quieren una Europa en paz, que se supere la crisis -aunque no todos la atribuyen a la misma causa-, que se luche contra el cambio climático, que se alcance un verdadero espacio de justicia, seguridad y libertad, que se desarrolle una política exterior común y que se integre a los inmigrantes.

A partir de ahí las propuestas se concretan más. No en vano los programas han quedado plasmados en un número importante de páginas. Sólo la versión abreviada del programa del PP ocupa 57.

PSOE y PP

Trabajar para superar la crisis es el objetivo prioritario para Europa de los socialistas, que también aboga por un plan de acción energética para la Unión, un acuerdo global para seguir reduciendo las emisiones de CO2, un gran pacto por el agua y el mantenimiento de una política agraria común que permita conservar las ayudas al sector.

Pero también apuesta el PSOE por la desaparición de los paraísos fiscales, la universalización de la educación pública preescolar en toda la UE y el impulso de una directiva sobre igualdad de trato por razón de origen racial o étnico.

Y de lo general a lo más particular: los socialistas se han comprometido a impulsar en el Parlamento los viajes de la tercera edad a otros países de la UE.

El PP, que quiere acabar con un periodo en el que, según dice, España se ha convertido en un “problema” para Europa, se muestra convencido de que la crisis se puede superar con una estrategia que asegure la competitividad, la integración de los mercados y la sostenibilidad del sector financiero.

Los populares desean también erradicar los paraísos fiscales, que Europa siga teniendo a Latinoamérica y al Norte de África como zonas de relaciones preferentes, que se potencie la inversión en I+D+i hasta que represente el 4% del PIB comunitario y que se cree un Espacio Europeo de Educación Superior, demás de reducir el fracaso escolar.

La Izquierda

Izquierda Unida, que concurre en la coalición La Izquierda, ha diseñado su programa desde el convencimiento de que la globalización neoliberal ha fracasado y, por ello, no duda en proponer la intervención de los estados en la banca o la nacionalización de empresas clave.

Garantizar un ingreso mínimo a desempleados y pensionistas ligado al salario mínimo y ajustado a las subidas del IPC, que la jubilación sea a los 60 años, una red de viviendas de alquiler para jóvenes que no superen el 20% de los ingresos y la reiterada petición de eliminar las bases de la OTAN en territorio comunitario son otras de las propuestas de la izquierda.

Coaliciones nacionalistas y Verdes

Desde las coaliciones nacionalistas, las propuestas se concretan más, aunque el denominador común es la defensa de la pluralidad regional y lingüística en la Unión.

Coalición por Europa -integrada por CiU, PNV, CC, PA, Bloc, UM y UME- reivindica el mismo tratamiento de las lenguas cooficiales en sus comunidades que el que se va a otorgar a otras que se hablan en el viejo continente.

Solicita además que sus territorios sean reconocidos como circunscripción electoral en los comicios europeos, que sus selecciones deportivas participen en las competencias internacionales y que las policías autonómicas se integren plenamente en las políticas comunitarias de seguridad.

No difieren mucho las peticiones de la coalición Europa de los Pueblos-Verdes (ERC, BNG, Aralar, Los Verdes, EA y CHA).

Reconocer el euskera como idioma de trabajo en la UE, que el Parlamento Europeo fije un tope de solidaridad interterritorial para que algunos territorios, como Cataluña o la Comunidad Valenciana sean sometidos a “un expolio fiscal” y poner fin a la política de trasvases son demandas que los representantes de esta coalición han ido exponiendo en sus actos electorales.