“Lo hacemos de una forma habitual”. La sanidad pública madrileña está acostumbrada a realizar intervenciones como la que se le practica este martes al Rey D. Juan Carlos en la Clínica Quirón. De hecho, J.M, traumatólogo que prefiere no especificar en qué hospital trabaja, ha explicado a eldiario.es que para tratar infecciones de prótesis de cadera “se interviene fundamentalmente en la red pública, porque algunos de los materiales necesarios son bastante caros y no todas las pólizas de aseguramiento privado lo cubren”. Este doctor especifica que en los “hospitales generales españoles la prevalencia de esta infección está en torno al 2-4%”. Al año, en España, se implantan más de 15.000. También subraya que la Comunidad de Madrid -donde se opera finalmente a D. Juan Carlos- “todos los grandes hospitales reimplantan por una u otra causa caderas todos los días”.
La infección de la prótesis es un proceso grave. De hecho, no está incluido en las listas de espera quirúrgica regulares sino que se trata como un proceso urgente. “Es una operación compleja que demanda la participación de varios especialistas”. Al fin y al cabo, una vez abierta la zona hay que determinar el tipo de infección, decidir si se esteriliza e implanta o si se hace un tratamiento antibiótico y, más adelante se procede a colocar una prótesis nueva (es lo que el doctor Miguel Cabanela denominó al exponer el tratamiento “en uno o dos pasos”).
La operación, según un estudio de la clínica Ruber, multiplica el riesgo “por dos o por tres” de un primer implante. Ese primer proceso quirúrgico tiene un coste que las administraciones hacen variar según lo vayan a pagar ellas a una clínica concertada (4.200 euros) o si se calcula según los gastos que generan a la sanidad pública: entre 10.000-15.000 euros -esas cantidades incluyen las estancias, los sueldos de los sanitarios, los menús del hospital...- . Existen ofertas en el sector privado que las anuncian por 7.500 euros. A esos precios hay que aplicarles el multiplicador (“hasta de 2,3”) que ya estableció un estudio del doctor José Ramón Azanza -jefe de Farmacología de la Universidad Clínica de Navarra- en 2000.
Los cirujanos de la sanidad pública y los centros hospitalarios están “entrenados” y cuentan con la capacidad para estas operaciones. El prestigio del doctor Miguel C abanela entre los traumatólogos consultados por eldiario.es es indudable. Otra cosa es que, si hubiera estado trabajando para la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, siguiera en activo. Nacido en 1943, su edad le habría hecho candidato a haber recibido una carta por parte de Recursos Humanos para comunicarle su jubiliación forzosa como les ocurrió a 700 especialistas madrileños en mayo de este año. La medida forma parte de un plan de Sanidad que hará que se prescinda de 1.200 médicos en cinco años con la idea de ahorrarse 60 millones de euros en gastos de personal.