Zapatero afirma que no habrá consulta popular e Ibarretxe mantiene su postura

El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha garantizado este martes que el lehendakari no podrá convocar una consulta popular sobre el futuro del País Vasco, a pesar de que Juan José Ibarretxe, tras reunirse con él dos horas en la Moncloa, ha ratificado que se celebrará el 25 de octubre de 2008.

En sucesivas ruedas de prensa, ambos han defendido con firmeza sus planteamientos, opuestos desde el punto de vista jurídico.

Zapatero, según el mismo ha manifestado, ha sido “muy claro” al trasladar al lehendakari que la consulta sólo la puede autorizar el Estado y al asegurarle que esta “segunda parte reconstruida” del Plan Ibarretxe correrá el mismo destino que la primera: no será aceptada ni aprobada.

“Como el agua debe estar claro que no puede convocar ningún tipo de consulta, aunque no tuviera valor vinculante; lo que no se puede hacer, no se va a hacer y no se hará”, ha subrayado el jefe del Ejecutivo.

Sin embargo, Ibarretxe, parafraseando al presidente israelí, Simon Peres, ha señalado que todas las negociaciones comienzan con un encuentro “titubeante” y ha considerado que la reunión de hoy es “el primer paso en el camino de una negociación”, ya que su agenda está abierta, su mano tendida y “de ninguna manera” da por zanjado el asunto.

Tras defender que la consulta es “legal, legítima y democrática” y reclamar respeto, ha precisado que no acepta que sea ETA quien dé permiso para negociar “en términos políticos”.

Ibarretxe ha confiado en que “el talante” no se transforme en “un desplante al diálogo”, ya que es “difícil de entender que, si se ha estado hablando con Batasuna y ETA sobre el País Vasco, ahora se niegue ese diálogo con el lehendakari”.

Su propuesta consiste en alcanzar un “pacto político” con el Gobierno para presentarlo en junio ante el Parlamento vasco y convocar conjuntamente, el Ejecutivo central y el autonómico, una consulta popular. Si no hay acuerdo, él convocaría esa consulta no vinculante de forma unilateral para celebrar finalmente un referéndum “con plena validez jurídica” en 2010.

Zapatero ha insistido en que para las propuestas políticas sólo existe “un camino, el de la legalidad y la Constitución” y ha recordado que una consulta popular, vinculante o no, sólo la puede poner en marcha o autorizar el Estado, a través del Gobierno o de las Cortes.

Para el lehendakari la cuestión jurídica es “opinable”, ya que, ha dicho, los nuevos Estatutos de Cataluña y Andalucía sí permiten celebrar consultas populares, pero para Zapatero “la legalidad es inequívoca”.

El acuerdo para celebrar una hipotética consulta debería pasar por el Parlamento y “estaríamos hablando de un nuevo estatuto político”, ha subrayado el presidente del Gobierno, quien ha recomendado al lehendakari que reflexione y busque el mayor consenso posible entre las fuerzas políticas vascas.

Tras recordar el fracaso del Plan Ibarretxe en el Congreso, Zapatero ha opinado que “la experiencia debería servir ya de algo”.

Como Ibarretxe había mencionado que su Plan, rechazado en Madrid, contó con el respaldo de la mayoría absoluta del Parlamento vasco (39 de 75 votos), el jefe del Ejecutivo ha tachado esa mayoría de “ajustada” y ha apostado por “una mayoría trasversal”, que incluya a las distintas sensibilidades que conviven en Euskadi.

Según ha recalcado, ése es el camino que debe recorrer el lehendakari y en él tendrá la colaboración del PSOE y del PSE, pero si quiere iniciar una vía “sin ningún fundamento legal y que no tiene además un respaldo político mínimo” se encontrará con su oposición.

Zapatero no ha desvelado qué hará el Gobierno si Ibarretxe mantiene su propuesta, convencido de que, como ocurrió en el pasado, en democracia siempre se abren camino la ley y la fuerza de la razón.

“Es verdad que uno puede persistir en las propuestas que no tienen camino abierto ni posibilidad de que se abran; pero también tiene posibilidad de rectificar y de cambiar”, ha confiado.

En este contexto, ha apostado por mantener el diálogo con las instituciones vascas, pero sabiendo que el límite de ese diálogo es “el respeto a la Constitución, a la ley y al Estado de derecho”.

Ibarretxe ha defendido su propuesta convencido de que “lo que más daño hace a ETA es hacer política”, como sería llegar a ese acuerdo político para “convivir Euskadi en el Estado español”.

“Espero argumentos y no insultos”, ha manifestado el lehendakari, para quien tildar de “desvarío” su propuesta, como hizo la vicepresidenta del Gobierno, “no es aceptable”.