Debido al cierre de los comercios no esenciales y a la reticencia de los consumidores a salir a la calle, el comercio electrónico se ha disparado durante la crisis sanitaria del coronavirus. Expertos auguran que este refuerzo del comercio online no acabará con el confinamiento, sino que acelerará un proceso de digitalización que ya estaba en marcha. Las pequeñas y medianas empresas temen que este proceso las deje atrás y acusan a los gigantes tecnológicos de beneficiarse de su cierre forzado.
“Los que ganarán con la transición al comercio electrónico serán, como siempre, las grandes empresas”, dice Pablo Machado, profesor de economía y empresa en la Universidad Europea de Canarias. “Son los que tienen capacidad de aguante, de inversión y logística”.
Según el profesor, el consumo en línea en España ha crecido un 55% la primera quincena del confinamiento y un 21% la segunda, aunque advierte que los datos disponibles son aún muy recientes. Entre los sectores que más han crecido están la jardinería, en un 78%, y los juegos y pasatiempo en un 60%.
Juan José Socas, presidente de la Confederación Regional Canaria de la Pequeña y Mediana Empresa (Cecapyme), se muestra preocupado por el crecimiento de las compras online, que “ya venían haciendo un daño brutal a las pymes.”
La excepción del comercio online de las limitaciones al comercio, y en especial el caso de Amazon, ha despertado críticas por todo el mundo. Mientras se disparan las ventas y el valor bursátil del gigante estadounidense, sus trabajadores se quejan de falta de protección contra el virus. Ha habido protestas de los trabajadores en Nueva York, y en Francia los tribunales han obligado a la empresa a limitar sus ventas a productos esenciales, desbocando al cierre de sus operaciones en el país.
En España, los sindicatos de trabajadores de Correos, que reparte gran parte de los productos comprados por internet, también critican su alta exposición al virus y la falta de protección. Denuncian tener una ratio de contagios seis veces mayor a la media nacional, superados únicamente por los sanitarios.
El presidente de Cecapyme asegura que es “competencia desleal que Amazon pueda seguir vendiendo productos no esenciales mientras las empresas tradicionales están cerradas por un problema sanitario de prioridad en nuestro país”. Según Socas, agrava una crisis del comercio tradicional “incapaz” de adaptarse a los medios digitales.
Las grandes empresas parten con ventaja por su “trabajo durante años desarrollando sus redes de distribución fiables y con variedad de productos”, y es “muy difícil” crear canales digitales para pequeñas empresas rápidamente, según el economista de la Universidad Europea.
Desde Cecapyme, Socas celebra iniciativas desde las instituciones como el mercado digital Gran Canaria Me Gusta promovido por el Cabildo de Gran Canaria, que facilitan las ventas a domicilio y permiten que los pequeños empresarios “tengan algo de actividad”, pero dice que a largo plazo “las empresas locales no tienen capacidad de adaptarse al comercio digital, especialmente por las limitaciones a las exportaciones por temas de aduanas”.
Además, el líder empresarial critica las políticas que han facilitado la importación de productos por internet a las Islas, como la eliminación del IGIC y de las tasas de aduanas para las compras por debajo de 150 euros. “Comprar online es darle el dinero a empresas internacionales que no cotizan aquí y destruyen el tejido empresarial nacional”, sentencia.
El impacto del confinamiento en los comportamientos de consumo no se limita a estas semanas, ya que aquellos que prueben aquellos que prueben a comprar por internet estos días podrían acostumbrarse a estos canales a largo plazo.
“Las grandes cadenas de supermercados están haciendo una gran apuesta por el comercio electrónico porque saben que así captan gran cuota de mercado a largo plazo. El traspaso no es del 100%, pero si un consumidor compra online y le funciona bien, va a cambiar sus hábitos de futuro”, dice Machado.
El profesor asegura que la digitalización de las compras es difícil de detener, ya que ofrece comodidad y una amplia oferta a precios competitivos, pero la tienda física aún puede fidelizar al cliente con el buen servicio y la oportunidad de ver y probar los productos.
Mientras, las pymes canarias se mantienen a la expectativa de la recuperación económica y las medidas del Gobierno de España con la esperanza de que la solidaridad social vista durante la crisis sanitaria se traduzca también en apoyo al comercio de cercanía.