Reconozco que me produce sensaciones contradictorias el muy aplaudido videoclip de la canción Ratonera de Amaral.
Cierto es que resulta llamativa la propuesta de situar a los políticos en el otro lado, en el de las víctimas de las consecuencias de sus decisiones: indigentes, desahuciados, empobrecidos, desempleados... Los que apuestan por recortes salariales o por disminuir los prestaciones por desempleo; los que reducen becas o son incapaces de legislar contra las ejecuciones hipotecarias; los que han empeorado las condiciones de vida de mucha gente, no suelen prestar atención al dolor causado.
Más aún cuando se nos sermonea sobre la salida de la crisis y parece olvidarse que no ha cambiado la situación de los casi 6 millones de parados, del tercio de la población que vive bajo el umbral de la pobreza, de los que han perdido sus viviendas, de los que carecen de cualquier esperanza.
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