A ver quién se atreve a decir que en España no hay pluralismo político después de comprobar que se presentan nada menos que 41 candidaturas a las elecciones Europeas del 25 de mayo. En pocos lugares se puede observar semejante variedad de opciones, que van desde la extrema derecha a la izquierda más radical, pasando por un variado tipo de nacionalismos, regionalismos, centralismos, personalismos y particulares defensas de las más variadas causas.
Aunque las encuestas confirman que serán pocos los elegidos (*). El bipartidismo sufre un retroceso respecto a 2009, sin duda. Pero, tal y como señalan todos los últimos sondeos publicados, IU pierde fuelle ligeramente (a lo que ayuda la tímida irrupción de Podemos, que no apunta a la consecución de escaños, y el que la Chunta vaya con Primavera Europea, que sí parece que obtendrá representación). UPyD baja mucho más, por la recuperación de PP y PSOE y por la competencia en el mismo espacio populista del Movimiento Ciudadano de Rivera/Nart. Y los distintos inventos más o menos personalistas no parecen suscitar demasiado entusiasmo en los ciudadanos y ciudadanas. La telegenia no lo es todo, afortunadamente.
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