Denunciada la desaparición de una piedra de valor arqueológico de un mirador del norte de Tenerife

El grupo de arqueología social Imastanen, que lidera Sixto García, denuncia, a través de Canarias Ahora, la desaparición de una piedra con un “importante grabado antropomorfo de un mirador ubicado en el norte de Tenerife. La piedra formaba parte de un muro en el que se encuentran otros cuatro grabados, dos de ellos antropomorfos, sobre piedras empleadas en su construcción”, situación  que consideran muy grave y una muestra más de la indefensión y mala praxis con el patrimonio histórico por parte de las administraciones por las insuficientes medidas preventivas de protección y conservación. 

Según recalca el grupo, “desde que a comienzos de los años ochenta del pasado siglo se notificaran públicamente por primera vez unos grabados indígenas en la isla de Tenerife, este tipo de manifestaciones rupestres no han dejado de descubrirse, registrarse y estudiarse, aunque, por desgracia, el ritmo de destrucción de las mismas es superior al de catalogación y protección por parte de las administraciones. Antropomorfos, paneles alfabéticos, dameros, tarhas o barquiformes son algunos de los motivos que ocupan estas enigmáticas huellas que los antiguos pueblos imaziges de Canarias grabaron sobre la roca. Un legado tan exclusivo como valioso que, pese al constante trabajo pedagógico y de denuncia para su reconocimiento y preservación realizado incansablemente por algunas personas y colectivos sociales concienciados, sigue sufriendo el desprecio y la ignorancia que los condena a ser continuamente vandalizado, cuando no expoliado y erradicado, por canarios y visitantes”. 

El colectivo explica que este muro fue construido hace tres décadas y, “como ocurría desde antiguo, por desconocimiento y quizás por mano de alguien que pretendía salvar así esos grabados de desaparecer en la zona alterada por la construcción del mirador, se emplearon en el muro hasta cinco fragmentos de mampostería con grabados guanches. De ellos, destacaban especialmente dos antropomorfos cruciformes, que seguramente formarían parte de algún panel ubicado en ese mismo punto o en una zona de cantería cercana. Desde antaño, se hizo común el empleo de piedras con grabados de especial relevancia, tanto en los muros de bancales agrícolas como en dinteles de puertas, en los cimientos de numerosas casas tradicionales así como en paredes o en teniques del hogar. Esta praxis, bastante común entre los descendientes de aquellos guanches que debieron adaptarse a los nuevos tiempos y normas, constituye toda una paradoja pues, pese a alterar definitivamente el contexto original del grabado y, con ello, toda posible interpretación arqueológica que pudiera entregarnos valiosa información sobre múltiples aspectos culturales de las sociedades originarias que lo realizaron, seguramente la intención que llevó a reutilizar esos fragmentos con grabados más o menos conservados fuese, en cierto modo, propiciar precisamente su conservación, integrándolos en las edificaciones modernas”. 

El grupo Imastanen sostiene que, “de esa manera ingenua y, a la par, nociva es como el legado guanche ha ido sorteando el discurrir de los siglos, un poco gracias al secretismo de cabreros y magos, un poco por haber pasado inadvertidos entre tanto abandono y aculturación”. Sin embargo, siguen expuestos a los ataques y a la pérdida como ha pasado con esta piedra con antropomorfos desaparecida.

Ante esto, Sixto Garcia y sus compañeros de grupo subrayan que no pararán con su labor “pedagógica y divulgativa dirigida al conjunto del pueblo canario, en pos de un reconocimiento y protección definitivos del preciado legado de sus antepasados, precisamente por tratarse de un elemento genuino que ha pervivido a lo largo de siglos de extrañamiento. Algo fundamental para detener el proceso de desmemoria identitaria que sufre el pueblo canario en la actualidad y que lo condena al desprecio de su legado inmemorial mediante la aniquilación de aquellas huellas fundacionales que nos convierten en un pueblo genuino”.