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Abejas estabuladas

Apicultores, técnicos y políticos coincidieron este jueves en Valsequillo, durante el Concurso Insular de Mieles de Gran Canaria, en considerar el año actual como el peor que ha vivido el sector de la miel en Canarias en toda su historia.

Quizás la voz más autorizada de las escuchadas en el Centro Cívico valsequillero, más que nada por su experiencia, fuera la del apicultor galdense Antonio Rodríguez, hijo y nieto de apicultores y propietario de más de seiscientas colmenas en diferentes puntos de Gran Canaria, desde Tejeda hasta Juncalillo, pasando por Artenara y La Higuera Canaria y que participa en el concurso como catador.

Rodríguez califica el año como “malísimo”, por la sequía y por la consiguiente falta de floración que ha obligado a los apicultores a hacer de ganaderos de abejas.

En esto, como en todo, nos dice Rodríguez, “todo depende del amor y el interés que uno ponga en las cosas que hace. Las abejas son seres vivos y necesitan un cuidado y un mimo constantes, porque si no vamos derechos al desastre. Ahora mismo, cuando la floración es escasa, no llegando ni al quince por ciento de extensión que en otros años, la alternativa para el buen apicultor es cuidar a las abejas y proporcionarles el alimento que no encuentran en el campo. Así, un servidor, por ejemplo, está todos los santos días alimentándolas a base de una mezcla de pasta de harina de soja, leche en polvo, azúcar, miel y levadura de cerveza. Así suplo lo que la naturaleza no nos da y hacemos votos porque el próximo invierno nos devuelva lo que nos negó este año. En definitiva que, si lo tradicional falla, hay que buscar alternativas y ésta de ahora es esta especie de estabulación. A fin de cuentas, el apicultor es una especie de ganadero, sólo que ordeña miel en vez de leche?”.