SANTA CRUZ DE TENERIFE, 12 (EUROPA PRESS)
La Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) ha porfiado al consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, sobre la protección que ofrece el nuevo Catálogo Canario de Especies Protegidas y ha afirmado que “sin ningún género de dudas” estas modificaciones se han originado para la construcción del puerto industrial de Granadilla, “al que se le ha unido por el camino otras obras y proyectos públicos que se han visto frenados por la existencia de afecciones sobre especies y espacios protegidos”.
ATAN, en declaraciones a Europa Press, han insistido en que el sebadal del sur --declarado como Lugar de Interés Comunitario-- fue reducido “arbitrariamente” en 1997 “a pesar de reunir las mismas o mejores condiciones que el resto de la zona incluida”. “Ahí ya hicieron la primera trampa”, subrayaron. Recordaron a Berriel que “contrariamente” a lo que ha manifestado, “la Comisión Europea no bendijo el proyecto, al contrario, fue tal el varapalo que para disfrazarlo propusieron numerosas medidas correctoras y compensatorias para intentar corregir el desaguisado formado por el Gobierno Canario y el del Estado hasta el punto de desvirtuar la declaración de impacto ambiental dictada por el Estado”.
Desde la asociación también han reprochado al Ejecutivo canario que se “omitieron numerosos informes de la comunidad científica y de la propia Viceconsejería de Medio Ambiente en el que se alertaba de los efectos negativos de puerto a pesar de las medidas correctoras o compensatorias propuestas por la Autoridad Portuaria. Otra trampa”.
“Luego se encontraron con el problema de que, efectivamente sí que había en la zona un sebadal, contrariamente a lo que se decía desde el Gobierno de Canarias y desde la Autoridad Portuaria y que, encima ese sebadal estaba incluido en el Catálogo de Especies Protegidas de Canarias con un nivel de protección alto, ante esto pretendieron modificar el Catálogo, pero la jugada les salió nuevamente mal porque un puñado de colectivos ecologistas y la comunidad científica, además de sus propios técnicos, le desmontaron la trampa”, recalcaron desde la organización ecologista.
En su opinión, ahora, se han agarrado a una Proposición de Ley como “último instrumento”, sin que hasta el momento se haya justificado la propuesta además de haber sido contestada y rechazada por la comunidad científica “local, nacional e internacional”.
“Como bien dice [el presidente del grupo parlamentario de CC] José Miguel González, la comunidad científica no puede apropiarse de la potestad legislativa que le corresponde a ellos, pero tampoco ellos pueden legislar sobre cuestiones que ignoran sin asesorarse por quienes conocen del asunto y de momento no han justificado su propuesta y la comunidad científica local nacional e internacional además de sus propios técnicos los han desautorizado”, concluyeron desde ATAN.