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Canarias se presenta ante el debate del nuevo modelo de Estado con su 'nacionalismo' debilitado en Madrid

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, arrancaba el curso político reclamando un “nuevo modelo de Estado” con más autogobierno para Euskadi. Una reivindicación en la que incluía a Catalunya y Galicia, pero no a Canarias, cuyo nacionalismo ha ido debilitando su presencia en Madrid hasta contar con una única diputada de Coalición Canaria, que ha entregado su voto al candidato del PP a la investidura, Alberto Núñez Feijóo. En el canarismo (espacio heterogéneo de partidos que proclaman que la toma de decisiones ha de producirse en las Islas) hay unanimidad al considerar que el Archipiélago tiene razones para reclamar más autogobierno y ser clave en el debate del modelo territorial que es probable que se intensifique en un hipotético Gobierno de Pedro Sánchez. Entre otras causas, aluden a su situación geográfica y al hecho de estar reconocida como nacionalidad en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía. No obstante, hay voces que afean la foto del partido de Fernando Clavijo con la derecha, de la que tanto han huido los vascos, y otras que abogan por la reunificación del espacio para ser más fuertes y aspirar a ser tan decisivos como lo es hoy el PNV. 

¿Qué papel puede jugar Canarias? Para el presidente de la asociación Canarismo y Democracia, Fernando Ríos Rull, debe tener un rol protagonista, “sobre todo porque en la historia reciente ha quedado al margen, callada y rezagada”. Defiende que la vía de los estatutos “está agotada” y que el Archipiélago debe apelar a sus hechos diferenciales como su lejanía al continente europeo y su insularidad, único en tener esas condiciones. En ese modelo que se plantee, remarca que deben propiciarse mecanismos específicos para lograr la plena autonomía interna. “Más que esperar a que el Estado tenga presencia, lo que tenemos que procurar es que Canarias tenga soluciones para acometer sus problemas” y pone el ejemplo de una base de helicópteros para la lucha contra los incendios forestales, la soberanía energética o alimentaria e incluso que capacidad de influencia en los países de su entorno. 

La secretaria de la comisión de Canarismo y Democracia, Flora Marrero (que milita en CC), sostiene que si hay una comunidad que tiene razones de peso para figurar en ese debate del modelo de Estado es Canarias y más si se tiene en cuenta su última reforma del Estatuto de Autonomía de 2018, donde se sentaron las bases del autogobierno, se recoge la acepción de “nacionalidad” y “archipiélago atlántico” y se reflejan cuestiones diferenciales tales como un nuevo sistema electoral. Subraya que con este debate siempre se comenta que “no es el momento político” y así explica que las Islas llevan años esperando. “Hay que sentarse y buscar puntos de encuentro con el Estado para reclamar relaciones de bilateralidad”, insiste. 

El periodista y canarista Enrique Bethencourt, que ha publicado libros como Nacionalismo Canario 3.0, destaca que el papel de Canarias nunca debe ser de “segunda división” y que las palabras del lehendakari colocan a las Islas en esta segunda liga ya que habla de otras nacionalidades que considera históricas. Por ello, recuerda que desde la época de los Reyes Católicos, Canarias tiene un trato diferenciado y que la Guerra Civil impidió que no tuviera estatuto antes de la Constitución. Remarca que es una comunidad que sufrió un proceso de colonización y que está bastante diferenciada del resto. “El papel de Canarias debe ser de primera división y si nación son ellos, nosotros también”, apunta. Bethencourt subraya que para que se dé una reforma de la Constitución se necesitan amplias mayorías, por lo que descarta que estemos en ese punto. 

En la misma idea incide Román Rodríguez, presidente de Nueva Canarias (NC), formación que nació en 2005 tras una escisión de CC y que se quedó en estas últimas elecciones a pocos votos de obtener un diputado nacional. Recuerda que con el paso de los años se ha avanzado en los procesos de autogobierno pero todos “en el marco de la descentralización, sin capacidad de decisión al margen de los poderes del estado. Por eso, aunque existen rasgos federales en el modelo territorial español, no es un Estado Federal, es un Estado único con potente descentralización”. Entiende que hay dos caminos: seguir reinterpretando el marco constitucional (que es lo que sostiene Urkullu) o reformar la Constitución, para lo que se necesitaría una mayoría parlamentaria amplia. 

Si el debate se diera así, NC defendería una reforma constitucional para revisar el Título Octavo e ir hacia a un modelo federalizante del Estado español; lo que significa más competencias y codecisión. Aquí entraría, por ejemplo, que el Tribunal Constitucional no esté designado por los poderes centrados del Estado sino que hubiera participación territorial.  Aunque el partido de Rodríguez no tendría prejuicios en apoyar ese debate, su líder explica que “ni está en la agenda de la ciudadanía ni hay mayorías políticas ni condiciones objetivas para que se produzca”. Entiende que “lo más razonable es hablar del marco actual y sacarle el máximo rendimiento y ahí está la hipótesis de Euskadi y Catalunya que es un estatus para ellos y otro para el resto. Nosotros nos rebelamos, creemos que tenemos historia, cultura, condiciones geográficas, socioeconómicas y políticas para reclamar un primer nivel de autogobierno y codecisión”, resume. 

Bethencourth, Marrero, Ríos Rull y Rodríguez resaltan la situación geográfica de Canarias el ser un territorio libre de IVA o contar con un Régimen Económico y Fiscal para recordar sus especificidades. “Nosotros reclamamos el máximo nivel de autogobierno, que no quiere decir igual que otros y sí respeto a los derechos económicos y fiscales, así como buscar una condición de participación en relación a la política africana o en el tema de los aeropuertos o costas”, indica el líder de NC, por ejemplo. 

El modelo de financiación, la clave

Román Rodríguez cree que el debate territorial se va a intensificar, pero recuerda que no hay una propuesta del PSOE en su programa electoral para cambiar nada en este sentido, por lo que entiende que no es lo mismo que ese partido proponga a que sean otros quienes le impongan sus reivindicaciones. “Yo insisto en que no creo que se den condiciones aunque considero que sería deseable revisar la Constitución”, en una reforma en la que añadiría cuestiones como decidir entre monarquía o república.

Ahora, lo que cabe, a su juicio, es revisar el modelo de autogobierno, que esencialmente va a consistir en “más competencia y más dinero”. Por ello, cree que el modelo de financiación es la clave de todo el debate y donde estará muy presente la deuda, pues su condonación no puede ser “para unos sí y para otros no”, pero tampoco sería justo que fuera para todas las autonomías por igual. Recuerda que el último acuerdo de financiación es del año 2009, y que ni siquiera Mariano Rajoy, con mayoría absoluta, pudo sacar adelante un nuevo acuerdo. 

En este punto, la secretaria de Canarismo y Democracia cree que el carácter de “insularidad” debe ser respetado, ya que independientemente del color político del presidente del Gobierno, si Canarias no cuenta con una financiación adecuada, estará supeditada a un alto grado de precariedad en todos los niveles. Por ello, insiste en la importancia de que se le reconozca como región ultraperiférica, como ya lo está en la Unión Europea. También en que la financiación no puede estar supeditada a que el Gobierno estatal necesite un voto. “La agenda canaria no tiene que ser un documento político que haya que firmar para conseguir el apoyo y tiene que estar en el ADN de cualquier presidente del Gobierno del Estado español”, afirma. 

CC, único partido “nacionalista” en la foto de la derecha

Ríos Rull, que también es profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de La Laguna (ULL), ha sido crítico con la firma de la “agenda canaria” entre Coalición Canaria y el PP de Núñez Feijóo para garantizar sus votos en el próximo intento de investidura. Un bloque en el que la formación queda marcada por la inclusión en el mismo de Vox y la Unión del Pueblo Navarro (UPN). Sobre el modelo territorial, el partido de Fernando Clavijo reclamó que “si se afronta una reforma de la Constitución” se reconocería la condición de “ultraperiferia” de Canarias “como hecho diferencial”. El presidente de Canarismo y Democracia reprocha que el horizonte político de CC no sea el de propiciar una reforma constitucional y lamenta que lo entienda como algo que, “si se da”, debe recoger las especificidades exclusivamente económicas.

Para Enrique Bethencourt, la evolución de CC ha ido hacia el “regionalismo” como UPN en Navarra. Explica que sobre el PNV no tiene duda de que se trata de un partido nacionalista, pues no se le ha visto “coqueteando” con Vox. Sin embargo, en Canarias, el partido de extrema derecha ha entrado en el Ayuntamiento de Teguise a gobernar junto a CC. “El PNV no se ha querido ni rozar con Vox”, añade Román Rodríguez. 

Por su parte, Nueva Canarias también es muy crítica con el apoyo del partido de Clavijo a la investidura de Feijóo. “La dirección de CC es de derechas y regionalista; otra cuestión es que existan muchísimos votantes, militantes y algunos dirigentes que estarían en el campo del nacionalismo consecuente y en una visión progresista del mundo y de la sociedad, pero la dirección efectiva está cómoda ahí”, resume Rodríguez, quien recuerda los discursos de Ana Oramas en el Congreso, con “ramalazos de derechas”. 

Rodríguez también afea al líder de CC que propusiera que el PNV presidiera las Cortes Generales y que se hiciera una propuesta como el “Estado Libre Asociado” asemejando a Canarias con Puerto Rico. Una idea que después el portavoz de CC en el Parlamento, José Miguel Barragán, matizó, al igual que el propio Fernando Clavijo.

¿Reunificar el espacio?

Enrique Bethencourt hace hincapié en que si se suman los concejales de CC y NC, se percibe un apoyo mayoritario por estos partidos en el panorama municipal. Sin embargo, esto no sucede así cuando se producen elecciones generales y pone el ejemplo de que, de contar con cuatro escaños a principios de siglo, se ha pasado a solo tener una diputada de CC. El periodista añade que el espacio en el que se mueven estos partidos ahora es autonomista y no el que representaba la Unión del Pueblo Canario (UPC), que era autodeterminista y soberanista. Explica que cuando analiza diferentes estudios sociológicos, la ciudadanía canaria se sitúa en el espacio de centro moderado y que solo hay una minoría que se plantea los modelos independentistas. No obstante, sí que existe aceptación entre la sociedad cuando se consiguen mayores cotas de autogobierno. 

Señala que otra cuestión es la identidad y que existe más de un 30% de personas que se sienten más canarias que españolas. Bethencourth destaca que en un momento en el que no hay mayorías absolutas, hay tres claves que han frenado que se vaya a dar un Gobierno de PP y Vox: la fórmula de pactos entre esos dos partidos en el ámbito autonómico con medidas por el retroceso de la igualdad y contrarias a cuestiones como el cambio climático; los nacionalismos periféricos y el voto de las mujeres. 

Para Fernando Ríos Rull, “necesitamos un modelo que dé respuesta a nuestros problemas no un modelo que dé respuesta a otros”, y añade que debería haber un consenso entre los partidos nacionalistas en que necesitamos un modelo específico. “Es hora ya, sobre todo si se va a abrir el melón del modelo de Estado buscar un encaje específico de Canarias en el Estado español”, insiste. 

Flora Marrero, por su parte, niega que el nacionalismo canario haya perdido peso y cree que sigue siendo determinante como sostiene que lo ha sido en muchos momentos. A su entender, su importancia estará en el “día después” de la investidura, ya que un Gobierno no puede estar supeditado a un bloqueo y será clave negociar cada año, por ejemplo, los presupuestos generales del Estado. “Terminaría diciendo que lo que necesitamos es que los nacionalistas estén unidos. Imaginemos que en vez de una diputada tuviésemos el peso del PNV estaríamos hablando de otro nivel”, concluye la secretaria de la comisión de Canarismo y Democracia. 

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