La explicación es la misma: el Plan de de Protección por Contaminación Marina (Pecmar) se activó de forma preventiva después de que el Gobierno de Canarias recibiera un fax que advertía de que el carguero británico Chesire se acercaba, sin conocerse los motivos, a la temerosa línea imaginaria de las 12 millas que separan las aguas internacionales de las isleñas.
El buque se había pasado dos semanas ardiendo y el contacto con Salvamento Marítimo y Capitanía era “constante”, aunque a todas luces insuficiente, dado que el presidente del Ejecutivo regional, Fernando Clavijo, llegó a dar el barco por hundido y a que el susodicho acercamiento se desconocía. Cuando el humo tóxico procedente de la carga de nitrato de amonio estaba rescindiendo y menos peligrosidad revestía la situación, la Administración regional activó el Pecmar preventivamente para solicitar información oficial.
Lo que ha cambiado este viernes ha sido la fotografía. Clavijo ha esperado 20 días, en los que ha negado tener competencias, para abordar la situación del buque con el subdelegado del Gobierno, Luis Molina; el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez; y el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, cuya solicitud de mantener un encuentro días antes había sido rechazada.
Tras más de una hora de reunión, Molina trasladó a los medios de comunicación presentes en la sede del Centro Coordinador de Seguridad y Emergencias (Cecoes) 112 de Las Palmas de Gran Canaria un “mensaje real de tranquilidad, no hay riesgo ni para el medio ambiente, ni para la población”.
Asimismo, explicó que los equipos de Salvamento Marítimo siguen actuando en el buque y que posteriormente, Capitanía Marítima deberá fiscalizar y autorizar cualquier movimiento del barco. Es decir, comprobar que los gases han remitido por completo. También dijo que todas las decisiones que se tomen al respecto se comunicarán a las instituciones canarias y “así se ha estado realizando con información técnica permanente desde Salvamento al 112, todos los días”.
Los residuos no se extraerán en puertos canarios
Molina afirmó que los técnicos han comunicado que no existe riesgo en la estructura del barco y que, por lo tanto, se descarta un posible hundimiento. Sobre los residuos que hayan podido quedar una vez culminada la combustión de la carga, sostuvo que no serán extraídos en ningún puerto canario, debido a la carencia de centros en las Islas que puedan tratarlos.
“En caso de solicitarlo el armador, que no estamos todavía en esa posición de entrada en puerto, sería para hacer las reparaciones mínimas imprescindibles para poder trasladarse al puerto donde sí se pueda hacer la gestión de estos residuos, que no sería en Canarias”, apostilló.
Aseguró que se respetarán los tiempos necesarios y consideró que la gestión del incidente “ha sido impecable” por parte de Capitanía Marítima. Molina no cuestionó la activación del Pecmar y excusó la presencia de Capitanía en la anterior reunión, porque el aviso “llegó con 20 minutos de antelación y no hubo tiempo material de ir y no había una situación de riesgo inminente, ni de crisis, como para esa premura”.
Sobre el acercamiento hasta las 14 millas, explicó que la instrucción consistía en que el buque se acercara a una posición donde los trabajos se pudieran realizar con más garantías y efectividad, siempre que no entraran en aguas canarias. “Siempre ha estado en torno a las 20 millas, ahora está más alejado”, expresó.
Cualquier tipo de decisión que adopte Capitanía Marítima - que es la “competente”, volvió a insistir Clavijo - una vez culmine el análisis del carguero británico, será revisada por el comité asesor del Pecmar. El motivo de que no se haya convocado antes o no haber cedido ante la solicitud del Cabildo de Gran Canaria, repitió el presidente regional, es el susodicho fax alertando de la cercanía del buque.
Antes del miércoles, continuó, el Ejecutivo había monitorizado el incidente y había enviado helicópteros a sobrevolar la zona.
“Mientras estaba alejado y las corrientes hubiesen podido impedir, ante cualquier siniestro, que llegase a las costas canarias, es competencia - como dije y mantengo - exclusiva del Estado, otra cosa es que se acerque a las aguas territoriales canarias. En nuestra esfera tenemos competencias turísticas, vertidos, piscifactorias... y es en ese momento cuando, de manera preventiva por la cercanía y al no tener información clara de cuál iba a ser el destino del buque, activamos el Pecmar”, sostuvo.
Sin embargo, aseguró que la colaboración ha sido fluida con, por ejemplo, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales.
Morales indicó que el Pecmar seguirá activo hasta contar con el informe definitivo de Capitanía Marítima. Preguntado sobre si la reunión llega tarde en relación a cuando la solicitó, mencionó el debate generado en torno a que la información llegara a través de una vía más directa. Sin embargo, aseguró que la conclusión general ha sido la de disponer de toda la información y avanzar de forma coordinada para evitar alarmas ante la ciudadanía y “tener la garantía suficiente de las instituciones públicas de que se está tratando de forma adecuada el problema y la solución definitiva”.