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Demagogia catódica

Antes de la Televisión Digital Terrestre y de las pantallas de plasma, las imágenes en la caja tonta se transmitían a través de rayos catódicos y podían visualizarse mediante las 625 líneas de resolución.

Ahora, con la tecnología full HD la nitidez ha llegado hasta las 1080 líneas, pero el discurso del Grupo Popular para justificar el cierre de la televisión pública canaria ha quedado enlatado en la demagogia del pasado milenio.

Y es que los conservadores, que en los inicios de la Radiotelevisión Canaria se opusieron al modelo mixto de funcionamiento del ente autonómico que ahora, paradójicamente, alientan a todo lo largo y ancho del territorio nacional, han pretendido que el Parlamento avalara “sacar a concurso y privatizar el Ente Público Radiotelevisión Canaria, salvaguardando los contratos actualmente en vigor, y destinar su presupuesto a políticas sociales y fomento del empleo”.

El diputado Víctor Moreno fue el encargado de defender que en el actual contexto de crisis que atraviesa Canarias, los 35 millones de euros que cuesta RTVC podían servir para “paliar la delicada situación que padece al menos un 38% de la población, unos 700.000 canarios, que podrían encontrarse en el umbral de la pobreza”.

“Es necesario que el Parlamento se moje, algunos diputados apostamos por usar los 35 millones para abordar situaciones de emergencia social y otros para destinarlos a RTVC”, ha afirmado.

Demagogia y oportunismo

Un discurso que fue tachado de “demagógico” y “oportunista” por el resto del arco parlamentario y que incluso llevó al portavoz de Nueva Canarias (NC) en el Grupo Mixto, Román Rodríguez, a recordar al PP que “si quieren, puedo decirles multitud de actuaciones que pueden hacerse para garantizar las políticas básicas sin tener que tocar los servicios públicos”.

Por ese motivo, Rodríguez presentó una enmienda a la moción del PP, no con el ánimo de privatizar RTVC sino de “mejorarla”, como “servicio público de información” mediante una nueva Ley que garantice una “gestión más transparente y austera en el gasto” y que promueva una programación “de calidad” e “independiente” con unos informativos “guiados por la pluralidad, la neutralidad y el rigor”.

Los conservadores, empeñados en demostrar que quien apoya RTVC no quiere que se rebaje el desempleo ni los niveles de pobreza, rechazó la propuesta de Rodríguez, lo que supuso que la nacionalista Nuria Herrera y la socialista Belinda Ramírez aprovecharan para resaltar los colores demagógicos a los conservadores.

Manipular y privatizar

Así, Martínez recordó que los conservadores “tienen la responsabilidad de haber estado 18 años apoyando la gestión de RTVC” cuando han cogobernado con CC, “tiempo en el que no han sido ni críticos ni censurantes”.

“Al igual que con la Sanidad y la Educación, quieren hacer negocio con las necesidades públicas y abrir al control absoluto del PP a las televisiones públicas. Donde gobiernan, las manipulan y donde no lo hacen, quieren privatizarlas”, ha asegurado Ramírez.

Para Herrera, “las televisiones públicas no son caprichos, sino preceptos constitucionales”, por lo que tachó al PP de “vender un mensaje populista y demagogo”.

“Ustedes quieren que con los 35 millones de euros de RTVC suplamos los 800 millones que el Estado ha dejado de ingresar a Canarias”, zanjó la nacionalista.