La única alcaldía que Coalición Canaria mantiene en Gran Canaria ha vuelto a tambalearse. La actual alcaldesa, Rosario Marrero, que sustituyó en el cargo al polémico Manuel Báez, condenado por suplantar a su hijo en unas oposiciones a funcionario de la Comunidad Autónoma, ha decidido destituir a un concejal clave, Javier Perdomo, que le prestaba su apoyo desde el grupo de no adscritos gracias a la generosidad de Fernando Clavijo. El presidente de Canarias, también de CC, ordenó que a ese concejal decisivo se le mantuviera leal con fondos de la Comunidad Autónoma, que es la que paga su salario como asistente doméstico de la residencia presidencial de Las Palmas de Gran Canaria, algo más de 18.000 euros al año. El superconcejal, que hasta ahora estaba al frente de cinco concejalías, aseguró en su momento que atendía el empleo de limpiador en la residencia presidencial para ganarse con su esfuerzo ese sueldo público.
Cumpla o no con su contrato, lo cierto es que el idilio de este concejal con el grupo de gobierno apenas ha durado cinco meses, el tiempo transcurrido desde que Manuel Báez tuvo que dimitir y se pusieron de acuerdo CC, el PSOE y los concejales no adscritos para respaldar a la alcaldesa.
Una serie de desavenencias, que culminaron con el envío de unos operarios municipales a podar palmeras a una finca privada, han dado al traste con el frágil pacto de gobierno que mantenía a la única alcaldesa de CC en la isla de Gran Canaria. Rosario Marrero se mantiene con sus cuatro concejales, con uno del PSOE y los no adscritos Iván Torres y Javier Perdomo. Este último ha sido despojado de las concejalías que ocupaba en el grupo de gobierno y que lo convertían en el concejal con mayor poder: Vías y Obras, Fiestas, Aguas, Medio Ambiente y Parques y Jardines.
Si a la destitución de Perdomo se une que el otro concejal no adscrito, Iván Torres, lleva cuatro meses sin aparecer por la Corporación, la estabilidad del grupo de gobierno parece bastante precaria.
Sin embargo, no existen informaciones que permitan alimentar la tesis de una posible moción de censura formulada por los grupos de la oposición, formada por Nueva Canarias-Confir (cuatro concejales), PP (uno) e Iniciativa Ciudadana de Firgas (uno), a los que habría de sumarse al menos un concejal más para alcanzar los siete necesarios para llegar a la mayoría absoluta.
El destituido Javier Perdomo inició el mandato bajo la disciplina de CC, pero pronto comenzaron las desavenencias que le condujeron al grupo de no adscritos. Allí se hizo fuerte para negociar su apoyo a la alcaldesa consiguiendo el contrato de asistente doméstico para la residencia y la familia presidencial que ahora mantiene en la Comunidad Autónoma.