Expresidente del Gobierno canario, del PP, arremete contra Soria y Egea por su gestión de los pactos

Carlos Sosa

Las Palmas de Gran Canaria —

Quince años eurodiputado, expresidente del Gobierno de Canarias y actual militante de base del Partido Popular, Fernando Fernández no ha escatimado en calificativos contra las personas que considera responsables de la crisis en la que ha entrado su formación en las islas tras las fracasadas negociaciones para conformar un pacto por la derecha en el Archipiélago. Los principales destinatarios de sus críticas son el exministro de Industria José Manuel Soria y el secretario general del PP, Teodoro García Egea.

En un artículo de opinión publicado este sábado en el Diario de Avisos, Fernández dice de Soria que “ha vuelto a conspirar contra su propio partido en Canarias, embarcando en esa operación a un tal Egea, un señor de Murcia, de donde nunca debió haber salido”. Aunque también alcanza el vicesecretario general, Javier Maroto, al que el expresidente de Canarias descalifica recordando que fue “incapaz de ganar su acta de diputado en su Álava natal”. A ambos les reprocha ser absolutos desconocedores de la política de Canarias y de las malas artes de Coalición Canaria, partido que trató de imponer un pacto a la dirección nacional del PP puenteando al partido en la islas y humillando en dos ocasiones consecutivas a su presidente regional, Asier Antona.

Egea y Maroto no se mostraron contrarios a las propuestas que Fernando Clavijo, presidente en funciones, y José Miguel Barragán, secretario general de Coalición Canaria, les formularon en varias reuniones en la sede central de la calle Génova tras las elecciones del 26 de mayo. En una primera propuesta se ofrecía al PP (11 escaños) la presidencia del Gobierno de Canarias a cambio de que todas las competencias gubernamentales las asumiera Coalición Canaria (20 escaños) a través de una vicepresidencia todopoderosa que convirtiera al presidente en “un florero”, en expresión utilizada por los dirigentes conservadores que conocieron la oferta a última hora.

De ese modo, se trataba de sortear las reticencias de Ciudadanos (2 escaños), contrario a que la presidencia recayera en Fernando Clavijo, imputado en el caso Grúas. Para alcanzar los 36 votos necesarios, completaba el lote la Agrupación Socialista Gomera (3 escaños), que finalmente prefirió cerrar con el bloque progresista ante el desastre que vino a continuación.

Porque la segunda oferta que puso Coalición Canaria sobre la mesa y que tampoco rechazaron Egea y Maroto, desplazados incluso a Canarias para firmarla sin contar con sus dirigentes regionales, era aún más humillante para el PP de Canarias: que la Presidencia la ocupara la número dos del partido, Australia Navarro, secretaria general, que convertía al presidente de los populares en un guiñapo amortizado.

Detrás de esa operación estaba José Manuel Soria, interlocutor permanente de Coalición Canaria, como recuerda este sábado en su artículo Fernando Fernández al explicar una propuesta que le hizo en 2004: “Soria siempre quiso algún tipo de acuerdo electoral con Coalición Canaria”, relata. “Para lograrlo, llegó a pedir mi ayuda el 11 de junio de 2004, una noche en Gran Tarajal, después de un mitin en Fuerteventura. Ya había hablado de esa posibilidad en varias reuniones con Zerolo [actualmente en prisión por el caso de corrupción de Las Teresitas], siendo ambos alcaldes [Soria de Las Palmas de Gran Canaria y Zerolo de Santa Cruz de Tenerife]. ¿Saben eso en Madrid?, pregunté. No. Pues no cuentes conmigo para ello. Ahora, por sus egos y sus fobias, por decir lo menos grave, ha vuelto a conspirar contra su propio partido en Canarias”.

Efectivamente, a pesar de haberse retirado formalmente de la política en abril de 2016 tras detectarse a través de los papeles de Panamá la existencia de empresas y de negocios a su nombre en paraísos fiscales, Soria no ha dejado de conspirar contra quien él mismo puso como sucesor, el palmero Asier Antona.

El nuevo presidente del PP pasó de la interinidad a ganar unas primarias y convertirse en un líder decidido a romper con los comportamientos corruptos del pasado. Soria quería que este 2019 se renovaran los acuerdos con Coalición Canaria porque con ellos él siempre se ha desenvuelto cómodamente, tanto para los negocios como para la política. Actualmente representa los intereses de varias compañías radicadas dentro y fuera de Canarias, y controlar el Gobierno de la región es para él mucho más rentable que no hacerlo.

Fernando Fernández lo explica certeramente en su artículo de este sábado: “CC hizo trampas, como es su costumbre, ofreciéndoles [a Egea y a Maroto] presidir el Gobierno regional para un pacto de centro-derecha inverosímil por sus contenidos y porque los números no sumaban. Contó para esa oferta tramposa con la complicidad de algunos grupos de presión empresariales y desde dentro del mismo PP, del PP en Canarias por el rencor de alguno y del PP nacional por la ignorancia de otros, que mordieron el anzuelo como pardillos. En Canarias, con la complicidad de Soria, que movido por el rencor, nunca ha asimilado su pérdida del poder por las razones de todos conocidas. Nada nuevo”.

El ex diputado europeo remata su artículo con una premonición dirigida a los líderes nacionales del PP: “Aplicando el más rancio centralismo y en las manos siempre astutas de algunos dirigentes de CC, terminarán por convertir al PP de Canarias en lo que ya es en Cataluña y en el País Vasco. Es decir, en la nada, para beneficio de CC, atrincherada en los cabildos de Tenerife y de La Palma, sus últimos reductos para mantener sus redes de influencia clientelar y tratar de recuperar el poder en un futuro. No han aprendido que donde hay nacionalismos fuertes, el PP naufraga. Por la ignorancia y el revanchismo cómplice de unos y de otro dentro del mismo Partido Popular, cuyo mayor pecado en Canarias fue votar a Soraya Sáenz de Santamaría en las elecciones que dieron el triunfo a aquel pacto de perdedores, entre Casado y Cospedal. Y mientras, el PSOE… y Coalición Canaria frotándose las manos…”