El fiscal pide 18 años para el asesino de Iván Robayna

El fiscal solicita una pena de 18 años de prisión por un delito de asesinato para los tres jóvenes que mataron a patadas al estudiante Iván Robayna Rodríguez, de 19 años, en la zona de bares de la calle Franchy Roca de la capital grancanaria en la madrugada del siete de diciembre de 2008.

En un escrito dirigido al Juzgado de Instrucción Número 3 de la capital grancanaria hecho público hoy, el fiscal interesa la apertura del juicio oral con tribunal jurado para los tres acusados, Oliverio Hernández Guillén, de 27 años, Acaymo Agustín Santana, de 19, y Benjamín González, de 22, quienes están en prisión por esta causa.

Según el relato del fiscal, la noche anterior al suceso, Hernández Guillén, conocido como el “Manojillo”, con antecedentes penales por delitos de robo con fuerza y diecisiete detenciones policiales, fue a recoger a su amigo Acaymo Santana, sin antecedentes penales y con cuatro detenciones policiales, y ambos se dirigieron a la zona de Franchy Roca.

Los dos jóvenes aprovechaban la concurrencia de numerosa gente joven en esa zona para mendigar mediante provocaciones e incluso agresiones con el fin de obtener dinero para comprar droga.

Durante la madrugada del día 7, el acusado Oliverio Hernández se dirigió a un grupo de jóvenes y les pidió un euro, pero ante la negativa de éstos a dárselo intentó buscar pelea con el Ismael Gil, que estaba en compañía de un grupo de amigos.

El grupo de Gil rehusó a la pelea por lo que Hernández buscó la ayuda de los otros dos acusados, que estaban a pocos metros de la zona, quienes, pese a sus deseos de iniciar una reyerta no tuvieron éxito ante la actitud conciliadora de los amigos del joven al que increparon, y en la que la víctima tuvo un papel determinante para evitar un altercado.

El joven Iván Robayna dio 30 céntimos a Oliverio Hernández y consiguió que éste y Gil se dieran un abrazo para concluir la disputa.

Cuando el grupo de Gil abandonaba el lugar, el acusado Hernández de manera traicionera escogió a Iván Robayna, que se había quedado rezagado del resto de su grupo, se dirigió “a gran velocidad contra él propinándole una brutal patada que le alcanzó el muslo izquierdo”, por lo que cayó al suelo.

Cuando la víctima trató de levantarse, los otros dos acusados le asestaron al menos otras dos “brutales y feroces patadas” dirigidas a la cabeza de Iván Robayna, con la finalidad de causarle el mayor daño posible, al igual que el otro acusado, quien según el fiscal pretendía causarle la muerte si fuera preciso.

La víctima, hijo único y estudiante de Traducción e Intérprete de Idiomas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, falleció como consecuencia de las patadas que recibió al alcanzarle puntos vitales de la cabeza.

El fiscal pide además una indemnización de 150.000 euros para los herederos del fallecido.