“Estas cuentas no son las idóneas. Obviamente, nos hubiera gustado más dinero para Sanidad, pero el reparto ha sido coherente con los objetivos marcados por el Gobierno y es suficiente porque las necesidades van a estar cubiertas”.
Este es el resumen que el consejero de Sanidad, Jesús Morera, ha hecho de las cuentas de su departamento durante la presentación de las mismas que ha efectuado en el Parlamento. Un presupuesto que asciende a 2.637 millones de euros, y que apenas representa un 0,96 por ciento más que en 2015. Una partida a la que hay que descontar el 49 por ciento (1.297 millones), que se destina a pagar los gastos del personal sanitario.
Y, además, el propio Morera se encargó de rebajar el aumento. “Aunque el presupuesto global crece 51,4 millones, el gasto real del área de Sanidad, lo que vamos a poder gastar de más sobre el año pasado, es algo más de 25 millones”, dijo el consejero.
¿El motivo? El ingreso directo del Estado disminuye por la desaparición de los 20 millones del Fondo de Cohesión (que permitía atender a pacientes derivados de otras comunidades y que llegó a estar dotado con 150 millones), dinero que la Consejería tiene que ingresar directamente al Servicio Canario de Salud (SCS)
“Es difícil explicar que teniendo ingresos y mejorando nuestra economía no podamos dedicar más servicios a los ciudadanos porque estamos pagando deuda a los bancos”, afirmó Morera para criticar las “reglas francamente injustas” del techo de gasto.
Pero no todo es debido al Estado, como recordaron los portavoces de la oposición, sino que también es achacable a la decisión política de cómo se reparte el dinero entre los distintos departamentos. Sin embargo, el consejero también se defendió ante estas críticas:“si hay que elegir entre comprar un aparato de medicina oncológica o dar de comer a gente que no tiene dinero para ello, lo primero es darles de comer”.
“No hay margen para aumentar las cantidades, solo podemos ordenar las prioridades”, insistió antes de reiterar que con solo 25 millones más “vamos a hacerlo mejor que el año pasado”.
Y hacerlo mejor significa “ampliar horarios de trabajo por las tardes y fines de semana para abordar las listas de espera”, sobre todo en lo referido a pruebas diagnósticas y patologías oncológicas, y “mejorar las infraestructuras que han estado durante años bloqueadas”, como son los hospitales de Fuerteventura, del Norte y del Sur de Tenerife, mejorar las Urgencias del HUC y poner en marcha las de La Candelaria.
Además, Morera recordí que la asistencia sanitaria supone el 99,76 por ciento del presupuesto del área, lo que demuestra la clara apuesta por mejorar el sistema. Así, la Atención Especializada contará con 1.665 millones, la Primaria con 850 millones, la Formación del Personal Sanitario con 44 millones, las partidas para Drogodependencias ascenderán a 11,4 millones y la investigación sanitaria contará con 839.046 euros.
Pese al optimismo del consejero, la oposición consideró que las Cuentas sanitarias para 2016 eran “decepcionantes” y que al propio Morera “se le nota decepcionado”, según afirmó el portavoz del PP, Guillermo Díaz.
“Es claramente insuficiente para cubrir las necesidades de un sistema como el nuestro”, apostilló el líder de NC, Román Rodríguez, mientras que desde Podemos, Juan Márquez incidió en que la reducción de las partidas para la medicina concertada se reducían apenas 4 millones, lo que era totalmente insuficiente para rebajar el gran peso que la medicina privada tiene en el sistema sanitario público canario.
El consejero contó con la ayuda de los grupos que sostienen al Gobierno. Así, el socialista Marcos Hernández destacó el “sello progresista” de un presupuesto “marcado por condicionantes” desde el Estado y que, aún así, permite “reconducir situaciones” para mejorar los niveles de eficacia del sistema sanitario.
En la misma línea, la nacionalista Elena Luis, tras criticar “las desmesuradas condiciones del techo de gasto” impuestas por el Estado, resaltó que las cuentas de 2016 “son el primer paso para poder programar las políticas que necesita esta tierra”.