La opción de que el Palacio de Deportes sea la infraestructura principal junto al Estadio de Gran Canaria se ha tenido en cuenta por parte de responsables políticos y técnicos, tanto insulares y municipales, por dos cuestiones clave: de un lado, la cimentación en La Ballena ha causado más de un problema grave en los campos de fútbol de césped artificial inaugurados en mayo de 2003 por el ex alcalde José Manuel Soria; de otro, el hecho de que Siete Palmas cuente ya con servicios auxiliares por la presencia del estadio, da enteros al pabellón para convertirse en su vecino principal.
Otra infraestructura viable para eventos culturales
Además, la ubicación de un pabellón en la zona, en la que el equipo de baloncesto de la isla sería el gran beneficiado y permitiría organizar grandes competiciones de deportes de cancha al máximo nivel -Copa del Rey de baloncesto, principalmente-, daría a la capital canaria otra infraestructura viable para eventos culturales, como los que ya el alberga el Estadio de Gran Canaria desde hace algunos años con la celebración de conciertos multitudinarios.
En este caso, el aforo más reducido del pabellón -en el previsto para el barranco de La Ballena se barajó la cifra de 14.000 espectadores-, permitiría a los departamentos de Cultura de ambas administraciones contar con dos espacios diferentes según el tipo de eventos.
La opción del Palacio Municipal de Deportes, todavía en borrador y como mera posibilidad a la alternativa en la que trabajan Cabildo y Ayuntamiento tras la desaparición de la Ciudad del Agua como tal, permitiría rematar el entorno urbanístico con los dos o tres campos de juego y entrenamientos que pretende la UD Las Palmas recibir por parte de las administraciones públicas, además de otras instalaciones de menor volumetría para albergar deportes de cancha y hasta piscinas cubiertas.
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