Lleva nueve meses, desde marzo, presidiendo el Cabildo con grupos de gobierno en minoría y están pendientes de aprobarse asuntos de gran enjundia, como los presupuestos del próximo año, el Plan Especial de La Geria o el Plan Insular. ¿Hasta cuándo se puede estirar este chicle de la minoría?
No me quejo porque es un enorme orgullo y placer estar donde estoy, pero no han sido fáciles estos seis años. Asumí la presidencia en minoría un tiempo hasta que se cerró el pacto. Estuve en minoría bastantes meses por el abandono de dos compañeros de partido y llevo en minoría desde antes de terminar el anterior mandato. A pesar de eso, con enormes dificultades y la crisis, creo que es cuando esta Isla ha avanzado más, a pesar de que es cuando menos recursos se supone que había. Esa minoría no ha supuesto la parálisis que se dice. Es verdad que hay sobrecarga de trabajo y embudos en algunas cuestiones, pero los ocho consejeros que decidimos asumir responsabilidades de gobierno estamos trabajando mucho y en muchos de los casos bien. Los plenos están siendo con mucho ruido pero estamos sacando casi todos los asuntos con mayorías holgadísimas, como si hubiésemos tenido una mayoría absoluta. Tenemos un pacto firmado con el PSOE, no cumplido por ellos, y pronto tendremos algunas pruebas de fuego, como el Plan Especial de La Geria y los presupuestos. El PSOE ha dicho que respalda desde la oposición, desde fuera del gobierno, y ciertamente lo está haciendo. Desde el momento en que eso deje de ser así obviamente habrá que pensar en otras opciones.
Hay un pacto firmado con el PSOE que no se ha materializado y han sido públicos los coqueteos con el PP. ¿Ve viable que esa situación perdure en el tiempo? ¿Se ve terminando así el mandato?
Francamente no, porque no creo que ni el PSOE ni el PP lo pretendan. Sería de género tonto por su parte. Terminaría el mandato así encantado, a pesar del mucho trabajo, porque todo lo capitalizaríamos nosotros con el respaldo del PSOE y del PP, que admito que están teniendo altura de miras en las cuestiones que se han planteado hasta la fecha. La hora de la verdad llega ahora. Pero honestamente, con los pies en la tierra, no me veo acabando así el mandato. Estoy convencido de que después de las elecciones generales, unos u otros se ofrecerán de una manera más clara para gobernar, como además parece lógico, porque lo contrario sería un fraude a su propio electorado. La opción aritmética, cómoda y natural es con el PSOE, pero depende de ellos. No quiero echar más leña al fuego ni meter el dedo en el ojo a nadie, pero saben perfectamente lo que no es posible y si terminan por entenderlo, asumirlo y pasar página e incorporarse al gobierno nos aliviaremos de trabajo y tendremos una mayoría holgada. Si no es así, no creo que el PSOE nos esté apoyando desde la oposición cuatro años. Y como no lo creo, si no lo hace el PSOE, espero que entre el Partido Popular, que tampoco quiero que se sientan segundo plato porque siempre he sido muy franco con el PP y con su presidenta. Las puertas están abiertas si el PSOE falla. Es mi obligación como presidente tratar de tener una mayoría lo más holgada posible, que no tengo.
El Cabildo de Lanzarote ha hecho hincapié en que los 160 millones de euros al año de fondos extra procedentes de la compensación del Impuesto General de Tráfico de Empresas (IGTE), se repartan con el criterio de la triple paridad. ¿Qué va a ocurrir?
Ha habido reuniones de la Federación canaria de Islas (Fecai) y de la Federación de municipios (Fecam) con el presidente del Gobierno y los consejeros de Economía y Hacienda. Lo que creo que ha cambiado es la música pero en el fondo el objetivo es el mismo que se ha venido exponiendo en los últimos tiempos, que se compense a las islas periféricas en el reparto de esos fondos. Como quiera que el Gobierno de Canarias pretende distribuir el cien por cien y eso beneficia a todas las Islas, creo que todas debiéramos ponernos de acuerdo y al menos seis de ellas [salvo Gran Canaria] lo estamos, en el sentido de que haya un clarísimo índice corrector para las islas periféricas.
¿A cuánto puede aspirar Lanzarote de esos 160 millones, ahora que parece que será el Gobierno el que asigne los fondos a proyectos que se presenten desde las Islas?
Mantengo la aspiración de que lleguen a la Isla unos 20 millones de euros al año. Es verdad que ya no se está explicitando la triple paridad como criterio para el reparto, pero sí se está expresando la voluntad de que se prime a las periféricas, como las prima la triple paridad en la representación en el Parlamento. Vamos a trabajar sobre esos números en un proyecto a 10 años, pensando más en esta legislatura y, especialmente, en no equivocarnos demasiado en 2016, con iniciativas ejecutables, pero proyectos hay.
¿En qué ámbitos se podría invertir?
En el plan que tiene el Gobierno [denominado de desarrollo y cohesión de Canarias] se establecen una serie de criterios: para infraestructuras no hay límite, y para políticas activas de empleo se puede destinar un 10% menos del paro que haya en la Isla. Creo que en embellecimiento del litoral, del interior y de las carreteras es donde Lanzarote tiene su asignatura pendiente. También se están trabajando planes de formación con la Cámara de Comercio. En materia de inversión sería muy largo, pero adelanto que irá mucho a Arrecife si podemos: a pluviales, a barrios, a canalización de barrancos, no sólo en la capital. También a embellecimiento del espacio público en las zonas turísticas. Y después hay muchos proyectos puntuales de enorme envergadura: 80 millones de euros en cuatro años dan para mucho, si finalmente llegan.
El presupuesto del Gobierno de Canarias está en trámite en el Parlamento de Canarias. En el borrador inicial Lanzarote tenía dos millones menos que Fuerteventura. ¿Se mejorará lo suficiente esa foto inicial?
La verdad es que los primeros presupuestos de este Gobierno presidido por Fernando Clavijo fueron una absoluta decepción y así se lo trasladé, con algunos parlamentarios y nuestro secretario general [David de la Hoz] en una reunión ex profeso en sede parlamentaria. Por Clavijo, además, muchos nos jugamos demasiado diría yo, políticamente hablando, en esta Isla, y no hay derecho a que se nos fallase en los mínimos: que en la foto inicial estuviésemos donde nos correspondía. Hubo toda clase de excusas y explicaciones, que desde luego no nos valen, también de promesas de que en 2017 se va a corregir, pero pusimos unos mínimos para respaldar los presupuestos de 2016 y pasan por una enmienda que al menos nos iguale a Fuerteventura en infraestructuras turísticas. Esperamos aumentar dos millones para proyectos de los Centros Turísticos y que el Gobierno saque por emergencia tres millones para saneamiento en la Octava Isla, con lo cual la inversión podría mejorar en cinco millones para 2016.
Puede leer la entrevista íntegra en Diario de Lanzarote.