El PSOE aplazará la decisión sobre si mantiene su alianza en el Gobierno de Canarias con CC hasta negociar sus condiciones para permanecer en ella en una reunión de la mesa de seguimiento del pacto en la que pedirá a sus socios nacionalistas “restablecer la confianza que se ha roto”.
“En esa mesa negociaremos la reedición o no, si se dan las condiciones, del pacto en Canarias”, cuya continuidad dependerá de que se consiga “cambiar la posición y lo que ha hecho CC en su forma de proceder, en su forma de gestionar, en su forma de intervenir en relación al pacto”, ha anunciado este sábado el secretario de Organización del PSOE en el archipiélago, Julio Cruz.
El dirigente socialista ha hecho estas declaraciones tras una reunión de la comisión permanente de la Ejecutiva Regional de su partido a la que han asistido también los secretarios generales de la organización en las siete islas y sus cargos del Gobierno para decidir qué posición adoptar ante la crisis del pacto regional, de la que el PSOE responsabiliza en exclusiva a sus socios.
Porque esta es una crisis “claramente generada por CC”, ha sostenido Cruz, que ha dicho que, pese a ello, los socialistas han apostado por “hacer un esfuerzo” para tratar de reconducir la situación, desde el propósito de “garantizar la estabilidad de las instituciones” en beneficio de la ciudadanía y del funcionamiento de “los servicios públicos esenciales” que aquellas les prestan.
Esa es la razón por la que en la reunión de este sábado, que ha querido matizar que era “deliberante, no decisoria”, se ha optado por “aceptar la petición” de CC de convocar a la mesa del pacto para tratar las diferencias entre socios, motivadas por enfrentamientos entre uno y otro partido que se han escenificado en corporaciones locales pero también en debates sobre las políticas del Gobierno.
Desde esa idea, el PSOE se dirigirá a los nacionalistas para fijar la fecha de la reunión de la mesa, que se desea que tenga lugar la semana próxima, ha avanzado su secretario de Organización, que ha querido aclarar que, en cualquier caso, la decisión sobre el futuro del pacto la tomará su partido posteriormente, en función de los resultados de su diálogo con CC.
Ya que, una vez celebrada la mesa del pacto, “los acuerdos a los que se pudiera llegar serán sometidos al comité regional (del PSOE), que es el último, el que dice la última palabra”, y que “puede decir que sí, que no, que sí con matices o no con matices, no lo sabemos”, ha afirmado Cruz, que ha apostillado: “pero será el comité regional de los socialistas canarios quien definirá la postura definitiva”.
Una postura que, además, será unánime, según ha asegurado, con el argumento de que “solo hay una voz del partido socialista en Canarias, no de siete islas, no una posición distinta”, frente a quienes desde otras formaciones políticas han sostenido lo contrario.
Julio Cruz no ha anticipado, en todo caso, qué exigencias se plantearán a CC como condiciones para mantener el pacto regional, aduciendo que en primer lugar se las dirán a sus interlocutores en la mesa de seguimiento porque “no es conveniente avanzar las posiciones hasta que nos reunamos con esa personas”.
“El planteamiento que hagamos lo haremos allí”, ha señalado al respecto, aunque ha apuntado: “creo que hay que mejorar, creo que las cosas, hoy por hoy, no van exactamente como a nosotros nos gustaría que fueran, no van bien, pero tenemos la esperanza de que mejoren considerablemente en los próximos días”.
El dirigente socialista ha respondido, por otra parte y a preguntas de periodistas, al ofrecimiento que el presidente del PP en Canarias, Asier Antona, ha hecho este sábado de mediar entre su partido y CC, a fin de colaborar a cerrar una crisis que el líder popular ha afirmado que genera una inestabilidad que perjudica a los ciudadanos de las islas.
Ofrecimiento que ha rechazado desde la opinión de que “los intereses de Canarias no pasan por el PP”, porque ese es un partido que “ha castigado a Canarias en los últimos cinco años de una manera descomunal”, sometiendo a las islas desde el Gobierno de España a un “machaque” que se ha plasmado en una “falta de financiación” que ha generado deterioro de los servicios públicos en el archipiélago.