El empresario Pablo Álvarez, presidente de la UD Vecindario, ha sido puesto este viernes en libertad sin ningún tipo de cargos, tras prestar declaración en el juzgado de guardia de San Bartolomé de Tirajana al que fue conducido por la Guardia Civil, después de una noche en los calabozos del instituto armado, a raíz de una requisitoria de un juzgado de Puerto del Rosario.
La orden judicial que motivó la detención del empresario del Sureste grancanario se debía a tres requerimientos del Juzgado número 3 de Puerto del Rosario para prestar declaración por un accidente de trabajo en el que ni siquiera Álvarez se había visto involucrado.
Fuentes cercanas al empresario explicaron este viernes a CANARIAS AHORA que el presidente del club de fútbol ni siquiera había recibido formalmente esos requerimientos judiciales, ya que el accidente de trabajo que indaga el juzgado majorero se produjo en 2001 en la empresa de su padre, Clusa, de la que se desvinculó en 1998.
El caso es que, por orden judicial al remitir las citaciones a Clusa en vez de a su empresa actual y no haberlas recibido, Álvarez ha pasado una noche preso debido a una supuesta desobedencia de presentarse ante el juzgado majorero, aclarada este viernes ante el juez de guardia de Maspalomas.
El entorno familiar del empresario ni siquiera sabía los motivos de la orden judicial emanada desde Puerto del Rosario, hasta conocer este viernes el hecho a raíz de la declaración en sede judicial de San Bartolomé de Tirajana. Su detención provocó este jueves un gran revuelo en el mundo del fútbol isleño y también en Fuerteventura.