Las espadas están en alto. Hay casi empate técnico. La batalla entre los partidarios de Paulino Rivero y los de Fernando Clavijo por hacerse con la candidatura a la Presidencia del Gobierno en mayo de 2015 es a cara de perro. La misma actitud que ambos protagonistas mantuvieron en la última entrevista que llevaron a cabo para ver si existían posibilidades de llegar a un acuerdo.
Y no hubo pacto...porque Clavijo no admitió que se diera por ganador en el cónclave de septiembre a aquel que tuviera más apoyos aunque no se alcanzaran los estatutarios 3/5 necesarios. El alcalde de La Laguna está convencido de que obtendrá 56 votos de los 90 necesarios.
Esa negativa ha sido vista por los partidarios de Rivero como un claro síntoma que Clavijo va perdiendo mientras que sus afines dicen todo lo contrario...que no se va a pactar con el claro perdedor y que el actual presidente de Coalición Canaria (CC) lo que tiene es miedo.
Lo cierto es que tanto unos como otros insisten en que sus líderes han comenzado con buen pie y llevan las de ganar, lo que demuestra que, como sucedió en el último Congreso nacional celebrado en Tenerife en 2011, CC está profundamente dividida en dos.
Una situación que, de no arreglarse convenientemente, va a lastrar sobremanera el futuro del partido que lleva presidiendo Canarias desde 1993 y a su cohesión interna...pues aunque la turbulenta historia de CC está plagada de “dolores de crecimiento”, como los llamó en su momento Victoriano Ríos, lo cierto es que, como ha dicho el presidente del Parlamento y líder de los nacionalistas palmeros, “nunca antes se había llegado a estos niveles de confrontación para la elección de un candidato”.
Esa confrontación se ha trasladado a las estrategias de ambos candidatos, hasta el punto de que está impregnando todo el tejido orgánico y social de CC: Rivero ha contactado con las bases de CC, ganando apoyos, mientras que Clavijo se ha reunido con las 'altas cumbres' del partido, es decir, los consejos políticos insulares.
Si bien es cierto que los siete secretarios insulares son contrarios a Rivero, los afines a Clavijo saben que su adversario cuenta ya con los apoyos suficientes para constituir una minoría de bloqueo, lo que obligaría a negociar en caliente lo que no se quiso hacer en frío y con calma.
Los estrategas de Rivero aseguran que éste tiene 36 votos en el Consejo Político y han evidenciado que han entendido lo sucedido en las Elecciones Europeas y analizado el fenómeno de Podemos, por lo que han vuelto a la esencia del fenómeno que impulsó al nacionalismo en la década de los 80: apostar por los equipos, acercarse a los ciudadanos y evitar caminar en la cumbre alejada de la demanda de la sociedad.
Por su parte, el sector que apoya al alcalde de La Laguna consiguió a finales de julio una gran victoria: sentar en el Consejo Político del 12 de septiembre al presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, el primer teniente alcalde de Arucas, Juan Francisco Padrón, y la alcaldesa de Mazo, Nieves Barreto, todos ellos críticos a Rivero.
Una victoria que contrarrestó Rivero en Agüimes poco después, cuando la agrupación local aprobó por mayoría apoyar al actual presidente del Gobierno y firmaron los avales secundando esa nueva candidatura. Y lo mismo sucedió en Telde, cuando Pablo Rodríguez se posicionó en contra de Clavijo y el sector crítico.
Dos estrategias la que se une la guerra de avales, que los carga el diablo, debido al peligro de que muchos de ellos sean solo cortinas de humo para despistar al adversario, que puede tener menos de los que sobre el papel consta.
Una advertencia también lanzada por Castro hace unos días: “una persona que haya presentado avales a uno de los candidatos, puede tomar una decisión distinta cuando vote”.
Y es que las bases...aunque no dejan de ser críticas con Rivero, prefieren a quien tenga las ideas claras y un proyecto que a los que, representando una renovación impulsada por la 'vieja guardia', parece que solamente blanden el 'quítate tú para ponerme yo'.
Lo cierto, y eso lo conoce de antiguo el sector que ahora comanda CC, que la elección del candidato no va a estar condicionada por pactos o compromisos previos ni por el peso específico de una isla en el seno de la organización...sino de la votación de cada uno de los miembros del Consejo Político en septiembre.
Algo parecido a lo que sucedió hace tres años en Tenerife.
En eso confía Rivero para pasar a la historia como el primer dirigente nacionalista que ha optado tres veces (dos de ellas con éxito) a presidir el Gobierno.