El Supertelescopio no tiene garantizada la financiación

La financiación para iniciar la construcción del Supertelescopio europeo, (E-ELT, por sus siglas en inglés) no está garantizada a día de hoy. Fuentes consultadas por ACN Press estiman en cerca de 300 millones de euros la cantidad que aún sería necesaria para iniciar las obras de construcción.

Teniendo en cuenta la situación actual, de los 960 millones de euros, 300 serían aportados por la candidatura española. Una tercera parte que “tendrá mucho peso” en la propia ESO (European Southern Observatory), según fuentes consultadas que desean mantener el anonimato. Otros 300 millones de euros podrían conseguirse de las aportaciones de las cuotas que les corresponden a cada uno de les Estados miembros (trece europeos y Chile) y que deben aportar por su condición de socios independientemente de la ubicación final del E-ELT.

Aún restarían otros 360 millones de euros que podrían obtenerse a través de créditos de entidades financieras. Sin embargo, esta es una posibilidad que aún está por definir. Lo que sí se espera es la decisión oficial de Brasil, que podría ofrecer una cantidad estimada entre los 200 y los 250 millones de euros, condicionando esta aportación a la ubicación del telescopio en Chile. De cualquier manera, seguiría faltando una tercera parte de la inversión necesaria.

En algún momento de este proceso de decisión para ubicar el Supertelescopio europeo, hubo quien planteó la posibilidad de dar inicio a las obras con la aportación económica de 300 millones que ofrece España y esperar a una mejora de la situación económica para ir aportando el resto. Sin embargo, según ha podido saber ACN Press, “las normas internas de la ESO no contemplan esa situación” y prohíbe expresamente la aprobación de cualquier proyecto que no cuente con la financiación íntegra para hacer frente a su construcción.

Las opciones de lograr el dinero necesario para completar la financiación son diversas. Entre ellas, tal y como sucede con el caso de Brasil, es una de ellas. De hecho, sucedió con el TMT (Thirty Meters Telescope) norteamericano, diseñado y presupuestado para ser ubicado en Armazones, Chile (la misma ubicación señalada por ESO para el Supertelescopio europeo) y que, sin embargo, se está construyendo en Hawai ya que fue la condición impuesta por Japón para hacer su aportación económica. Diseño y ubicación fueron relegadas por la aportación económica antes unas condiciones de observación que no resultaron determinantes entre los dos lugares.

En este sentido, Canarias ya vivió una situación similar con el Gran Telescopio de Canarias, con una inversión nacional en un 70% pero con la participación de las universidades de México y California a cambio de horas para la investigación. También se ha hablado del posible interés de países como Canadá o Rusia en el Supertelescopio europeo, sin embargo, “la ESO no tiene conocimiento de que España esté negociando con terceros países” para aumentar su apuesta económica y garantizar la financiación íntegra de su construcción.

Cabría preguntarse si el apoyo unánime que se produjo en el Parlamento Europeo a la candidatura de La Palma para albergar el E-ELT, podría traducirse en una aportación económica que, sumada entre los 27 países miembros que mostraron dicho apoyo, completaría la financiación necesaria. Una negociación que le correspondería, bien al Gobierno de España como país candidato y que ostenta la presidencia de la Unión Europea en estos momentos, o bien al Partido Popular como fuerza mayoritaria en el Parlamento Europeo y quien movió ese apoyo unánime y verbal.