El informe elaborado por la Audiencia de Cuentas de Canaria sobre la situación financiera del Ayuntamiento de Santa Cruz en el año 2011 resulta bastante elocuente sobre el final de la conocida como era Zerolo.
El entonces alcalde, Miguel Zerolo dijo adiós a este puesto en el mes de junio y finalmente ese ejercicio se cerró con una deuda incobrable de cerca de 56 millones de euros. En ese mismo período casi una cuarta parte de los chicharreros no pagaban sus impuestos y la corporación local dejaba de cumplir con sus pagos en un 28% de los casos.
La situación en la que Zerolo dejó el Ayuntamiento debe de haber sido mucho peor de lo que se refleja en este informe ya que pese a los esfuerzos que realizó el equipo encabezado por el actual alcalde, José Manuel Bermúdez, entre junio y diciembre lo cierto es que la corporación suspendió en prácticamente todas las variables. Así se mantuvo por debajo del 90% en cuanto a la ejecución de ingresos, de gastos, cumplimientos de pagos y ahorro neto.
En todos estos casos se considera que un índice inferior al 90% supone incumplir con la estabilidad presupuestaria y así ocurrió siempre, excepto en el cumplimiento de cobros.
Más endeudamiento por habitante
Pero hay más y no precisamente en el mejor sentido de la palabra. En ese año aumentó el endeudamiento por habitante pasando de los 452,3 euros de 2010 a los 469,2 de 2011. El incremento, sin embargo, en los últimos cinco años se sitúa en 123,5 euros por chicharrero.
“Obviamente cuanto mayor sea esta ratio, mayor es el nivel de endeudamiento de la entidad y mayor riesgo de insolvencia se produce”, se advierte desde la Audiencia. Llamativo resulta también que mientras que se registró un ingreso por habitante de 905 euros, sin embargo la inversión repartida entre los chicharreros apenas llegó a los 169.
Igual de negativos fueron los resultados económicos de organismos autónomos como el de Deportes que sumó un déficit de más de medio millón de euros. En cuanto a la Gerencia de Urbanismo se daba por perdido el cobro de casi 1,3 millones procedentes de las tasas y concesión de licencias, entre otros.
En realidad ni siquiera fue necesario esperar por el informe de la Audiencia de Cuentas para conocer que la situación económica de Santa Cruz era de todo menos boyante. En 2011 nada más ser nombrado nuevo concejal de Hacienda, Alberto Bernabé, no dudó en acusar al anterior equipo de gobierno de haber generado una deuda de 37,5 millones, el 60% del endeudamiento de la institución por falta de rigor presupuestario.
Pese a ser de su propio partido, Coalición Canaria (CC), Bernabé consideró entonces que la mayoría encabezada por Zerolo “gastó más de lo que tenía y ahora tendremos que pagarlo”. Así parece haberse intentado hacer durante los últimos años en los que la situación económica del Ayuntamiento ha logrado enderezarse en parte.