En la zona de Patalavaca hablar de gastronomía y de restaurantes nos remite de manera instantánea a La Aquarela y tiene sentido si tenemos en cuenta que ostenta 1 Estrella Michelin. Pero a muy pocos metros y con las manos de Gregorio y Sharon al mando del restaurante (dueños de La Aquarela también), ubicado en el interior del Hotel Radisson Blue de Patalavaca se encuentra el Restaurante 222ºSW Grill, con Mikel Asiain a los fogones, que sin hacer ruido y con una humildad y capacidad de sacrificio como leitmotiv se torna como uno de los mejores restaurantes del sur de Gran Canaria.
Seguía la página de Instagram de 222ºsw (@222swbarandgrill) y llevaba tiempo fijándome en el trabajo que su cocinero, Mikel Asiain, compartía. El chef ha estado trabajando con algunos grandes restaurantes de las islas como son el MB Ritz Carlton Abama o la apertura del Asador Goxoa en el sur de Tenerife, aparte de vivir entre Vietnam y Tailandia durante más de 7 años, con lo que su bagaje en los fuegos y cocinas del mundo está más que contrastada. Y aunque en este mes de agosto no soy muy partidario de hacer visitas profesionales a los establecimientos ya que todos se encuentran hasta arriba y uno también necesita descansar y coger aire, sentía que aquí le debía ese tiempo para conocer de primera mano su propuesta, por lo que me dirigí en un pequeño paréntesis en estas jornadas vacacionales.
Lo primero que me llamó la atención del local es su magnitud pero a su vez, la calidez que desprende gracias a su decoración, mesas y disposición o esa terraza donde cenar viendo los atardeceres de Gran Canaria sobre la costa moganera es motivo más que de sobra para gozar. La bodega, seleccionada y cuidada con esmero y elegancia por Sharon, te lleva de la mano por vinos de Gran Canaria, resto de islas, península y extranjero.
“Los vinos canarios siempre han sido importantísimos para nosotros, me gusta tener variedad de todas las islas con botellas que sean exclusivas para hostelería, esa sí es una máxima que intento llevar siempre a cabo. El cliente canario se abre a probar cosas del mundo entero, pero el turista viene pidiendo y se sorprende mucho con los vinos canarios”. Como solemos decir los que nos dedicamos a este mundo de una forma u otra, los vinos canarios no son los mejores del mundo, pero sí son únicos por su personalidad propia que les aportan los distintos suelos volcánicos de cada una de nuestras islas. Para el menú de hoy yo me decanté por un espumoso Paisaje de las Islas, las burbujas siempre aportan felicidad y si son canarias, aún más.
Hablando con Mikel acerca de la oferta gastronómica del 222 me habla muy claro y me encanta su reflexión: “No quiero venderte que aquí tendrás una experiencia gastronómica de esas que tanto inundan el mercado y a veces no son más que fuegos artificiales sin fondo alguno. Nosotros huimos de esas historias forzadas y nos limitamos a ser un equipo de trabajo preocupado en tratar lo mejor posible el producto que nos llega y elaborar una cocina que guste al comensal”, para terminar apostillando que “trabajamos con productos de aquí pero no hacemos cocina canaria ya que intento aportar todo lo aprendido en mi trayectoria como cocinero y también mi absoluta pasión por las diferentes cocinas de todo el mundo, con especial predilección por la asiática y la francesa”.
Ante esa declaración de intenciones acordamos que probaría lo que es el Menú Degustación del restaurante consistente en 5 platos y antes de pasar al postre ya decidiría yo, si quería probar algunos platos de la carta general también, como así sucedió posteriormente. El menú se llama SUAM y comienza con un correcto sashimi de atún rojo al que un jugo especiado de piquillos, avellanas y piperrada le otorga unos matices originales en cítricos y texturas.
Interesante y con una perfecta ejecución la alcachofa al josper con su bearnesa lista para mojar pan, mientras que la tostada de sandwich de pastrami se torna en un bocado algo confuso. Pero el nivel sube y mucho con el tom yum de pescado local (hoy tocó merluza de pincho) con una vermicelli de arroz, chalotas y setas al wok. Este plato se presta gracias a la precisión de su ejecución a que la sala invite al comensal a jugar con él para que simulen un “falso ramen”, dando lugar a un notable resultado en mesa.
Como plato final, un lomo bajo madurado Txoguitxu que no terminé de ubicar en un menú de estas características, y no porque no estuviera bueno, sino porque me pareció un bocado más adecuado para ser uno de esos platos para pedir fuera de un menú degustación, al igual que ya tienen en las hamburguesas o la pierna de cordero a baja temperatura, fundamentalmente por su gran tamaño y los acompañantes que trae en forma de papas, pimientos asados, chimichurri y bearnesa.
Este fue el momento donde quise probar dos platos de la carta que no estaban en el menú degustación y que me llamaban poderosamente la atención. Por un lado los boquerones en tempura de impecable ejecución gracias a su tempura limpia y que permitía conservar intacto el sabor del boquerón que tenía en su interior. El otro plato que no quise dejar de probar fuer el curry verde tailandés, a base de unas carrilleras de cerdo que se dejaban ir solo con el paso del tenedor por mor de su exquisita cocción, pero sobre todo, el curry verde para el que la cuchara es imprescindible dando ganas de volver a pedir pan para dejar el plato limpio. Estos dos platos y el tom yum de pescado justifican por sí solo el desplazamiento al 222ºsw y yo ya estoy buscando hueco para repetir.
En los postres creo que hay gran base pero deben de cuidar el exceso de ingredientes como sucede en la pannacota de coco (excelsa sola, excesivamente oculta con el puré de frutos rojos y el granizado de lichis con el que la bañan), correcta la créme brülée de yuzu, pero absolutamente sorprendente y directo a uno de los mejores postres del año el tiramisú de la casa, elaborado en mesa delante del comensal y al que no le sobra ni falta de nada.
En resumen, otro grandísima sorpresa que sin ningún ruido está haciendo una gran labor en el sur de Gran Canaria, que poco a poco se está posicionando como destino gastronómico por sí solo. En 222ºSW Grill Restaurant se conjuga todo lo necesario para pasar un gran rato cuando se trata de lo más importante, disfrutar con una comida hecha con cariño y respeto pensando siempre en el comensal. Mikel Asiain y su equipo están poniendo una marcha directa con vistas a no frenar en el horizonte.
Si en estas fechas se encuentran en el sur de la isla y quieren dejarse sorprender con una propuesta diferente, no lo duden y apuesten por hacer una visita a esta casa, en su página web tienen toda la carta, menú degustación, precios y opciones de reserva. Les aseguro que no se arrepentirán.
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