Hasta 300 euros por viajar de Madrid a Tenerife en agosto: la denuncia de los canarios no residentes este 30 de mayo
Hasta 300 euros por viajar de Madrid a Tenerife en agosto. Unos precios que los canarios no residentes se ven obligados a pagar para poder regresar a sus islas, en especial en fechas determinadas. este 30 de mayo, día de la comunidad autónoma, el colectivo Canarios sin alas ha realizado esta denuncia.
“Un año más con los precios de los vuelos disparados y sin conseguir que se den soluciones al problema”, lamenta la asociación, que ha sido muy crítica con el descuento del 75% de residentes porque estiman que ha encarecido los precios de los billetes para los no residentes.
El colectivo destaca que realizando una simple búsqueda de vuelos Madrid Tenerife, en el mes de agosto, “nos encontramos que no es posible volar a Tenerife por menos de 300 euros por persona”.
Empadronados en Canarias para no perder el descuento
“Pensamos que el avión es nuestro tren o nuestra guagua. 2500 kilómetros y un mar de distancia hacen muy difícil ver amigos y parientes, asistir a una boda, acompañar por enfermedad o enterrar a un familiar o no desarraigarse sea incompatible con tener médico de cabecera y el resto de ventajas que tiene el residir en el lugar en el que vives. Estando por tanto obligados a ser eternos residentes en Canarias”, destaca en un comunicado.
La mayoría de los canarios que vive en la Península, añaden, se ve obligado a seguir residiendo en Canarias, para no perder la relación con la familia y con las islas que les vieron nacer.
El colectivo destaca que en estos cinco años se ha reunido con todos los partidos políticos, hemos recibido sonrisas, y buenas palabras, que se han quedado en eso. “Esperamos que la próxima vez que festejemos el día de Canarias, lo celebremos con alguna medida que transforme las buenas palabras y simpatía en soluciones que nos acerquen a Canarias”, ha señalado.
Varios informes y expertos cuestionan el sistema
Después de la entrada en vigor del 75% de descuento de residentes, el Gobierno estatal encargó varios estudios para conocer su impacto y si, como alertaban los usuarios, las aerolíneas habían subido el precio de los billetes aéreos. Ángel Martínez, economista, señaló en el programa Informe Trópico que el informe de la Airef demostró que “a igualdad de características, el aumento del descuento de residentes de un 50 a un 75% aumentó los precios de los billetes aéreos de Canarias con la Península, en especial en aquellos vuelos en los que viajaban más residentes canarios”. Además, la medida benefició principalmente a los residentes con mayor renta, ya que no todos los canarios viajan y en menor medida lo hacen quienes no tiene recursos económicos.
Ginés de Rus, catedrático de Economía de la ULPGC, fue tajante en el mismo programa: si la compañía cobra 200 euros por billete al residente, ingresa 800. Es decir, “200 euros del residente y 600 de los contribuyentes”. “Siempre hay que multiplicar por cuarto”, recuerda. Además, añade que esta medida es un incentivo para subir los precios pues “cuanto más alto es el precio del billete más subvención se desembolsa la compañía”.
María Pilar Socorro, vicedecana de Economía, Empresa y Turismo en la ULPGC también destaca que si no hay muchas aerolíneas que operan en el mercado, las aerolíneas sí que “tienen poder de mercado, es decir, poder para fijar precios y lo que ocurre es que tienen un incentivo (con la subvención) para subir el precio. La vicedecana apunta que el sistema que debería implementarse debería cumplir dos objetivos: que se beneficie a los residentes y no las aerolíneas y que no se distorsione tanto el mercado de los no residentes. Como alternativa, plantea que en lugar de subvencionar al residente según el precio del billete, que se plantease una cantidad fija independientemente del precio del billete. De esta forma, cree que se conseguiría que el precio del billete no subiera tanto y añade que habría que calcular el precio de las rutas. La Obligación de Servicio Público no cree que sea la medida más adecuada y recuerda que en vuelos interinsulares existe muy poca competencia cuando el porcentaje de residentes es muy elevado.
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