Terrazas llenas en las capitales canarias y comercios animados en el norte: “No nos olviden cuando abran los centros comerciales”
Olor a café en la calle desde bien temprano, día de reencuentros, aunque no de abrazos. Manteniendo la distancia y las medidas de higiene obligatoria, la hostelería levantaba las persianas este lunes en Canarias, donde la vida parecía que empezaba a asomar de nuevo. Todas las islas se encuentran ya en la fase 1 del plan de desescalada, y al igual que hizo la pasada semana El Hierro, La Gomera y poco a poco La Graciosa, las terrazas han ido abriendo al 50% de su aforo. La estampa donde se aprecia en mayor medida su reapertura es en las capitales, pero en muchos otros municipios, en especial en el norte de Gran Canaria, estos espacios se han ampliado en la medida de lo posible. En los puntos más turísticos, y aún más en islas menos pobladas como Lanzarote, los empresarios aguardan a la llegada de visitantes para remontar en esta crisis.
La zona de Triana y sus alrededores ha sido una de las más concurridas en este lunes inédito. “Hay mucha ilusión y muchas ganas”, explicaba José Miguel Rodríguez, propietario del bar El Yantar. Aunque aún continúan trabajadores en el ERTE porque todavía no es posible abrir a aforo completo ni el interior de su local, explica que él y sus compañeros están mentalizados de que es como empezar de cero. No obstante, se encuentran con ánimos porque la clientela ha empezado a responder muy bien durante la mañana. En la propia calle de Triana se apreciaban colas en las afueras de algunos comercios, que aplican ahora estrictas medidas de aforo. La misma estampa se producía en las zonas más céntricas de Santa Cruz de Tenerife o en La Laguna, con terrazas reabiertas y el público animado a sentarse a tomar algo.
En el norte de Gran Canaria, los ayuntamientos llevaban días animando para que los empresarios subieran la persiana. Arucas, Gáldar, Teror o La Aldea son algunos en los que sus gobiernos municipales han permitido que, de forma gratuita, algunos de los establecimientos amplíen sus terrazas en la medida de lo posible para garantizar el distanciamiento obligatorio. José Francisco Araña Reyes, dueño de La Cantonera de Arucas, montaba su terraza sobre las 10.00 de la mañana y afrontaba el día “con alegría, como si fuera la primera vez con el negocio abierto”. Explica que para hoy ya tenía mesas reservadas: “Espero que no sean estas solas, que venga mucha más gente y que se vayan quitando un poco el miedo”, contaba a la vez que animaba al sector a que afronte este momento con ánimo, ya que vienen tiempos duros.
En Arrecife, los fogones del restaurante Brisas del Charco volvían a estar encendidos con Hortensia al mando. “Ha sido muy duro. Llevamos casi dos meses con las puertas cerradas asumiendo los gastos del local, la hipoteca, siendo cinco en casa y sin ningún ingreso”, cuenta ella y su pareja, Willbert. A pesar de la reapertura, son conscientes de que el turismo representa una pata clave de la economía ya que Lanzarote no es una isla tan poblada, por lo que los pequeños empresarios acogen el futuro con incertidumbre. Jorge, uno de los socios responsables del emblemático bar La Miñoca, ubicado en el charco de San Ginés, confía en que Arrecife pueda resistir al golpe que ha sufrido la restauración mejor que otras zonas más turísticas como Costa Teguise o Puerto del Carmen.
El pequeño comercio toma aliento
En el norte de Gran Canaria, los empresarios repiten: “No se olviden de nosotros cuando abran los centros comerciales”. Y es que, este lunes, en zonas como Arucas o Teror, la ciudadanía se mostraba animada a acudir a estas tiendas de barrio. Ana María Ferrera, de Decoración Aniter, recibía en la mañana de este lunes a los clientes que guardaban la distancia de seguridad de dos metros en la calle. No se esperaba la respuesta que ha tenido este primer día de desescalada y su deseo es que continúe así para poder sacar a su única trabajadora del ERTE. De momento, prefiere esperar y no arriesgarse. Por su parte, la propietaria de la Librería Greda, Yolanda Quevedo, comenzaba el día con positividad y aseguraba que la gente se acercaba hoy a comprar material escolar, libros, detalles o a fotocopiar e imprimir papeleo.
En Arucas, el comercio también abría poco a poco y con estrictas medidas de seguridad. Desde la popular tienda de Pepe El Árabe (abierta desde 1975) y otras como Deportes Arucas, Índigo, o la juguetería lúdica La Vaca Valiente. Estas dos últimas empiezan a despegar también en el mundo online. “No nos va a quedar más remedio que abrir una página web”, afirman las dueñas de una de las tiendas de moda, que han mantenido contacto con la clientela a través de las redes sociales. María Elena Alemán Falcón, dueña de una pequeña tienda de juguetería explica que no paró durante el confinamiento con la venta telefónica y después online. De momento, vive “el día a día”, asegura.
Menos optimistas se muestran de nuevo quienes viven también del turismo. Nayra Rodríguez, propietaria de una tienda de artículos artesanos en Teror explicaba que la situación está siendo “muy difícil”. Sus clientes potenciales eran los turistas que cada día -y especialmente los fines de semana- paseaban por las calles de la Villa Mariana. En Arrecife, el comercio abrió media jornada y en municipios como Teguise la fotografía que se mostraba era bien diferente también para la hostelería. Los pocos bares con los que cuenta el pueblo de Tahíche, por ejemplo, con apenas dos metros de acera y sin espacio para terrazas, continúan con las puertas cerradas. En Caleta de Famara, solo tres han decidido, aunque algunos de los restaurantes continúan prestando servicio a domicilio.
Asociaciones y Cecapyme, no tan optimistas
El presidente de la Asociación de Empresarios de Bares, Cafeterías y Restaurantes de Las Palmas, Fermín Sánchez, valora que se haya producido mayor movimiento en calles como Triana, Mesa y López o La Plaza de La Victoria, pero cree que aún siguen muchos bares cerrados. No tiene el dato concreto y señala que aún se tardarán unos días en cuantificar. Recuerda que en zonas como Las Canteras las terrazas pegadas a la barandilla no podían abrir, según anunció este domingo el Ayuntamiento capitalino, “con retraso”. Sánchez sigue sosteniendo que no es rentable abrir con el aforo actual y sin hacer uso del interior y afirma que el 90% de de los establecimientos solo cuenta con 6 u 8 mesas en las terrazas. En cuanto a las zonas turísticas o del sur, asegura que la actividad es nula ya que sin visitantes es imposible mantenerse abiertos. Esta asociación ha mantenido ya una reunión con el alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, y próximamente mantendrán otra con el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, que ha recibido 130 solicitudes de ampliación de terrazas en los últimos días.
La Confederación Canaria de la Pequeña y Mediana Empresa (Cecapyme) estimaba en la mañana de este lunes que en Gran Canaria no abriría no el 20 % de los comercios autorizados a retomar su actividad en la fase 1. Su presidente, Juan Socas explicaba a la agencia Efe que la zona comercial de Mesa y López, en Las Palmas de Gran Canaria, es la que presenta más actividad, mientras que la zona turística del sur de Gran Canaria, la que menos y tardará en operar al no haber turistas, que son quienes constituyen su clientela.
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