El Consejo de Ministros ha aprobado este martes un Real Decreto por el que el uso de mascarillas dejará de ser obligatorio en espacios interiores a partir de este miércoles, tras ser publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
En rueda de prensa, la ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha celebrado la medida, que “ha sido posible gracias a un trabajo conjunto y un esfuerzo colegiado en el que ha tenido que ver mucho la estrategia de vacunación”.
“Es un día muy especial para el Gobierno y el conjunto de los españoles en la lucha contra el virus. Estamos avanzando en la normalidad. Mañana podremos desprendernos en interiores de las mascarillas y mostrar nuestros rostros y nuestras sonrisas”, ha aplaudido.
Canarias fue la última comunidad, junto a Madrid, en adoptar esta medida obligatoria cuando, tras pasar la primera ola de la pandemia, allá por junio de 2020, el país entró en la llamada nueva normalidad. Una a una, las regiones fueron incorporándolas a sus restricciones, pero las islas se resistían, hasta que, finalmente, tras Madrid, el Archipiélago también las implantó en agosto de ese año, cuando, con Gran Canaria a la cabeza, los contagios se dispararon en pleno verano. También se prohibió fumar en las vías públicas. Así, todos los mayores de seis años debían llevarla en cerrados de uso público o abiertos al público, sin incluir las playas.
Esta obligatoriedad duró hasta el 26 de junio de 2021, cuando el Ministerio de Sanidad consideró que la buena evolución de los indicadores epidemiológicos merecía una relajación de las medidas, aunque siempre bajo una premisa: “llevar una mascarilla siempre a mano”. Nuevamente, y justo en verano, cuando el calor más aprieta, los canarios se libraban de la mascarilla en exteriores, siempre y cuando se respetara la distancia de seguridad.
A pesar de este alivio de las restricciones, lo cierto es que el escenario tampoco cambió mucho entre los canarios, que se quitaron la mascarilla, sí, pero sin mucha euforia, ya que en sus calles seguía habiendo más personas con el cubrebocas que sin él. Esta casi nueva normalidad duró menos de dos meses.
Vuelta a la obligatoriedad
Canarias, que fue la comunidad más rezagada en un primer momento para implantar la mascarilla obligatoria en exteriores, no dudó en rescatar la mascarilla en exteriores en septiembre de ese mismo año, cuando la quinta ola de la pandemia ya perdió fuerza. Cabe recordar que este repunte, que comenzó a finales de junio y terminó a comienzos de septiembre, fue el que registró cifras más alarmantes en las Islas hasta la llegada de la sexta ola, con más de 35.000 contagios y 160 fallecimientos con la COVID-19. En este contexto, el Archipiélago nadaba a contracorriente del resto de regiones, que mantenían el uso de la mascarilla como algo opcional.
Desde las pasadas Navidades, la imposición de esta restricción dejó de estar en manos de las comunidades cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, implantó de nuevo la obligatoriedad de esta medida ante el avance de la variante ómicron. Esto no trastocó la realidad de los canarios, que la llevaban desde hacía tres meses.
La agilidad de ómicron para expandirse recordó de nuevo a la población que la mascarilla es uno de los mejores aliados para protegerse del virus. Precisamente, ha sido ese grado de contagiosidad de la variante la que ha hecho que en la sexta ola se hayan visto cifras nunca antes vistas durante la crisis sanitaria, si bien hay que subrayar que su letalidad ha sido menor y que las vacunas han hecho que el panorama no haya sido tan catastrófico como se antojaba ante el elevado volumen de contagios que ha registrado esta ola.
Este nuevo adiós, ¿el definitivo?
El pasado 8 de febrero el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto por el que se eliminaba el uso de las mascarillas en espacios exteriores. Pero ha seguido siendo obligatorio su uso en los eventos multitudinarios que tengan lugar en espacios al aire libre cuando los asistentes estén de pie o, si están sentados, cuando no se pueda mantener una distancia de seguridad de, al menos, 1,5 metros entre personas, salvo grupos de convivientes.
Sin embargo, la pandemia sigue estando vigente y aunque los contagios y, sobre todo, la ocupación en los hospitales canarios, han bajado, siguen produciéndose contagios.
¿Dónde habrá que seguir llevando mascarilla?
Por ello, aún hay excepciones en las que deberá seguir usándose mascarilla, “en razón de la vulnerabilidad” de las personas que los suelen ocupar.
Por ejemplo, habrá que seguir llevándola en centros, servicios y establecimientos sanitarios, como hospitales, centros de salud, centros de transfusión de sangre o farmacias. En los hospitales, sin embargo, las personas ingresadas estarán exentas de llevarla cuando estén en su habitación.
La mascarilla en interiores también se deberá llevar en centros sociosanitarios como residencias de mayores, aunque no será obligatoria para los ancianos pero sí para los trabajadores y los familiares que realicen visitas.
Igualmente, la mascarilla aún será obligatoria en transporte aéreo, ferrocarril, cable, autobuses y cualquier tipo de medio público. En los barcos, se deberá llevar cuando “no se pueda mantener la distancia de 1,5 metros”.
Mascarillas en centros escolares y entorno laboral
Darias ha sido tajante para afirmar que la mascarilla “no se usará en ningún caso en ambientes escolares”. “Ya no era obligatoria en recreos y ahora tampoco lo será en todos los ámbitos de los centros educativos”, ha sostenido.
En el entorno laboral, de la misma forma, “no resultará obligatoria con carácter general”. Darias ha puntualizado, no obstante, que los responsables de prevención de riesgos laborales de las empresas podrán acordar su uso “en función de la evaluación de riesgo del puesto de trabajo”.
Tampoco será obligatoria ni en interiores ni en exteriores en partidos de fútbol o baloncesto, aunque la ministra ha aconsejado un “uso responsable” en este tipo de eventos masivos.
Pese a esta retirada “con carácter general” de la mascarilla, Darias ha recomendado un “uso responsable” en población vulnerable como mayores de 60 años, personas inmunocomprometidas, con alguna enfermedad de riesgo importante, embarazadas o profesorado con algún factor de vulnerabilidad. También es recomendable en eventos multitudinarios, aglomeraciones y en reuniones privadas cuando haya presentes personas vulnerables.
La ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha celebrado la medida, que “ha sido posible gracias a un trabajo conjunto y un esfuerzo colegiado en el que ha tenido que ver mucho la estrategia de vacunación”.
“Es un día muy especial para el Gobierno y el conjunto de los españoles en la lucha contra el virus. Estamos avanzando en la normalidad. Mañana podremos desprendernos en interiores de las mascarillas y mostrar nuestros rostros y nuestras sonrisas”, ha aplaudido.