Oliver Heinrich, uno de los alemanes que ha dado negativo en el análisis de coronavirus y que ha recibido el alta, asegura que él y sus compañeros en ningún momento sintieron miedo ni preocupación. Sin embargo, en la actualidad sienten “tristeza” porque el paciente infectado ha vuelto a dar positivo en la segunda prueba que los profesionales le han hecho para comprobar si seguía teniendo el virus después de varios días aislado. “Tenemos esperanza”, ha afirmado el portavoz del grupo.
“Hemos hablado con él por teléfono. Al principio estaba muy nervioso y asustado, pero está muy bien tratado”, ha explicado Heinrich. El único problema que han tenido durante su aislamiento ha sido la prensa. “No teníamos intimidad. Sacaron fotos en nuestra habitación y se vieron nuestras caras en todas las redes sociales”, lamenta. Por ello, en la rueda de prensa ha pedido a los medios que “respeten los días que le quedan de sus vacaciones en la Isla”, que visita por primera vez.
No ha sido hasta este martes, cuando han confirmado que no tienen coronavirus, cuando han informado a sus familiares de todo lo sucedido. “Ellos piensan que hay demasiada alarma y que la enfermedad es menos grave de lo que se está haciendo ver”, ha trasladado Oliver, acompañado del director gerente del Hospital Nuestra Señora de Guadalupe de La Gomera, Isidro Manuel Brito, y de la traductora Susanne Volkmann.
El alemán ha confesado que le gustaría volver a La Gomera en otras circunstancias “si en Canarias le dan permiso”, bromeó. Y confesó que una de las cosas que más echó de menos durante su cuarentena fue la cerveza.