El aumento en la curva de contagios de COVID-19 durante estas últimas semanas en Gran Canaria ya se está empezando a manifestar, en forma de incremento de presión asistencial, en los dos hospitales públicos de la isla. La subida está siendo más acusada en el Doctor Negrín. En el centro de referencia para los ciudadanos del área norte de salud permanecían ingresadas este viernes con la enfermedad 62 personas, más del doble de las que había la pasada Nochevieja (30). De ellas, 12 se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en torno al 20% de las camas para pacientes críticos que, según los datos de la Consejería de Sanidad, tiene actualmente habilitadas el complejo.
Este centro registró su pico de hospitalizaciones por COVID-19 en la segunda ola. Durante los primeros días de septiembre, llegó a contabilizar más cien pacientes ingresados con la enfermedad. Aunque esas cifras quedan aún lejos, el repunte de las últimas fechas ha llevado a la gerencia a activar esta misma semana el plan de contingencia, pasando a la segunda de las fases contempladas en la estrategia para el control y la vigilancia de la enfermedad. De esta manera, las visitas de familiares al complejo han vuelto a ser restringidas. Solo se permiten en determinadas franjas (según los servicios) y se limitan a un acompañante y una hora de estancia en las áreas más sensibles del complejo.
Al igual que ocurriera durante esa segunda ola, la dirección del Doctor Negrín ya ha reservado dos plantas para pacientes COVID, la 4B derecha y la 4B izquierda, esta última habilitada a principios de semana ante el incremento en el número de ingresos. Estas alas pueden llegar a albergar hasta a 70 pacientes. Por su parte, el módulo reservado para los cuadros más graves de coronavirus en la Unidad de Medicina Intensiva (UMI), con capacidad para diez camas, está lleno, lo que ha obligado a liberar las camas para críticos con otras afecciones respiratorias y trasladar a esos pacientes a la unidad de reanimación.
Desde el sindicato Asaca señalan que recientemente también hubo que suspender intervenciones quirúrgicas en el centro debido al aislamiento de más de una decena de profesionales del área de anestesia por sospechas de COVID, lo que también incrementó la presión durante los días posteriores debido al incremento de ingresos pendientes de operación. A esta circunstancia se le ha sumado ahora el aplazamiento de operaciones no urgentes por el paso a la fase 2. La central incide en que la derivación de efectivos para atender a los pacientes con coronavirus y el cierre de plantas ha provocado una sobreocupación en el resto del hospital y una sobrecarga de trabajo para sus profesionales.
La situación en el Hospital Insular en relación con la COVID-19 es más desahogada. Los ingresos por la enfermedad en estas dos últimas semanas dibujan una curva mucho más plana. El centro sanitario de referencia para los ciudadanos del área sur de la isla alberga en la actualidad a 49 personas con coronavirus en sus instalaciones, tan solo cinco más que hace quince días. El incremento ha sido, por tanto, de cerca del 12%. De esos pacientes, 11 se encuentran en la UCI, cuatro más que los que había en esta unidad el 31 de diciembre.
El Insular también llegó a superar durante la segunda ola el umbral de los cien pacientes ingresados con COVID-19 de forma simultánea, aunque, a diferencia del otro hospital de referencia de la isla, el pico no se produjo a principios de septiembre, sino un mes después, en octubre. Durante esas fechas se detectaron varios brotes dentro del hospital, el primero de ellos en la planta de Cuidados Paliativos y Nefrología, lo que hizo saltar las alarmas entre los trabajadores, que reclamaron a la gerencia mayor agilidad en la toma de decisiones.
A pesar de la, hasta ahora, menor incidencia de COVID-19 en términos de hospitalizaciones que el Doctor Negrín, el Insular no está viviendo tampoco momentos tranquilos. Fuentes sanitarias destacan que durante algunas jornadas de esta semana se han llegado a contabilizar más de 80 pacientes que esperaban en el área de urgencias por una cama en planta. El incremento de la presión asistencial en urgencias, por otra parte habitual durante esta época, no está asociado por ahora, según profesionales del servicio, a un pico de ingresos por coronavirus o por gripe, sino a una mayor afluencia de pacientes aquejados de problemas respiratorios propios de la estación invernal y de personas de avanzada edad.
Los dos hospitales públicos de Gran Canaria concentran, por tanto, cerca del 40% de los pacientes ingresados en el Archipiélago con la enfermedad (111 de 289). Desde este viernes superan a los dos centros de referencia de la isla de Tenerife, el Hospital Universitario de Canarias (HUC) y La Candelaria, que suman 110 personas hospitalizadas. El consejero de Sanidad, Blas Trujillo, anunciará este sábado, en función de la evolución epidemiológica de los últimos días, si la isla redonda pasa del nivel dos de alerta al tres, lo que implica la imposición de medidas de restricción más duras para contener la propagación del virus. Dos de los indicadores para realizar esta valoración son la ocupación de camas COVID en plantas de hospitalización y en las unidades de críticos. Gran Canaria se sitúa, de momento, en riesgo bajo en el primero de ellos (4,12%) y en riesgo medio en el segundo (10,22%).
Según el último informe epidemiológico publicado por el Ministerio de Sanidad, con datos consolidados hasta las 14.00 horas de este viernes, Canarias se mantiene como la comunidad autónoma con la menor proporción de camas ocupadas por pacientes COVID con respecto al total de plazas, con el 5,4%. La media nacional triplica esa cifra. En cuanto a las unidades de críticos, ese porcentaje asciende al 13,32%, lo que también sitúa a las Islas como una de las regiones con mejores registros en esta variable, tan solo superada por Navarra, Galicia y por la ciudad autónoma de Ceuta.
En el otro lado de la balanza, Canarias continúa a la cabeza en las tasas de hospitalización y de ingresos en UCI sobre el total de casos diagnosticados, con el 8,4 y el 1,5%, respectivamente, según los datos recogidos en el último informe del Instituto de Salud Carlos III. El porcentaje de ingresos en UCI es especialmente llamativo, ya que la cifra registrada por Canarias, además de ser la mayor de todas las comunidades autónomas, triplica la media nacional. Solo Cantabria, con un 1,2%, se le acerca.