Hace poco más de 500 años, el 60% de la isla de Gran Canaria estaba cubierta de bosques. En la actualidad, lo que queda de esta masa arbórea es sólo un 9%. El dato de la pérdida de masa forestal hay que sumarlo a otros indicadores un tanto preocupantes. Según un estudio del Ministerio de Medio Ambiente, el 90,48% del territorio canario presenta un riesgo de desertización alto o muy alto. Otro estudio de la Universidad de La Laguna confirma que más del 50% del suelo canario ya está degradado biológicamente, y por ello se considera irrecuperable.
Este cóctel de cifras adquiere un sabor más amargo al partir de la base de que Canarias es uno de los puntos calientes del planeta en lo que se refiere a su biodiversidad. De hecho, el Archipiélago posee más del 50% de los endemismos vegetales de España con sólo un 1,5% de la superficie del territorio nacional.
A esta constante pérdida de terreno, de bosque, le llegan después los impedimentos legales y burocráticos. Un 70% de la superficie de Tenerife y el 90% de la de Gran Canaria es suelo privado. La legislación actual impide que la Administración Pública actúe en estos espacios, por lo que se hace necesaria la búsqueda de fórmulas para conseguir reforestar terreno.
A finales de 1998, unos técnicos del Cabildo de Gran Canaria y cuatro empresas de ámbito privado se plantearon la creación de una fundación que se ocupase de mediar entre los propietarios de las fincas propicias de ser forestadas y los fondos públicos y privados que pudieran captarse para incrementar sustancialmente la superficie forestal en Canarias.
Proyecto de futuro
Desde su creación, la Fundación Canaria para la Reforestación (Foresta) ha actuado ya en 237 hectáreas, el espacio equivalente a 474 campos de fútbol, por toda Canarias. Las acciones de Foresta promueven la reforestación de un espacio, respetando las especies propias de cada isla y de cada zona, su posterior mantenimiento y, además, la garantía de que seguirá así de por vida.
Además de las actividades de reforestación, que alcanzan anualmente unas 30 hectáreas y de la elaboración de un informe técnico medioambiental sobre las Islas, que anualmente financia el turoperador TUI, Foresta tiene en cartera nuevos proyectos. Así, las visitas guiadas para turistas, en las que se le da una oportunidad al visitante de que plante su árbol y las plantaciones organizadas con centros educativos son dos nuevas líneas de actuación que están teniendo una gran acogida.
Para la Fundación, el reto de sumar más hectáreas verdes supone dar respuesta a lo que entienden como un desafío generacional, en el que todos los canarios pueden y deben colaborar en la repoblación forestal de nuestras islas. “Se trata de conseguir la implicación de las Administraciones Públicas, de los empresarios y de la población en general” para que las próximas generaciones de canarios encuentren unas islas aún más verdes de lo que lo hicieron sus padres.
Afortunadamente, las voces que claman por la recuperación de los espacios verdes son cada vez más numerosas, conceptos como 'responsarbilidad' están tomando fuerza en grupos y organizaciones activas en el respeto y la recuperación del medio ambiente. La Fundación Foresta, dando un paso más en la exportación del problema natural canario fuera de nuestros límites como Archipiélago, estará presente este próximo fin de semana en el Primer encuentro Internacional de Amigos de los Árboles, que se celebrará en el Palau de los Deportes de Barcelona y contará con la presencia estrella de Al Gore.