Los cinco paradores nacionales de Canarias son “totalmente rentables”, en 2017 dejaron unos beneficios de 3.221.883 euros. Así lo confirman fuentes de la Red Nacional de Paradores y destacan que los más productivos son Las Cañadas del Teide, en Tenerife, y el de La Gomera, situado en su capital, San Sebastián de La Gomera. Si bien es cierto que no hay datos del parador de La Cruz de Tejeda, en Gran Canaria, después de que, en el mes de septiembre, un incendio en la cumbre grancanaria arrasara con parte del establecimiento y obligara a echar el cierre. Aunque en épocas anteriores todas las islas tuvieron uno, exceptuando La Graciosa, en la actualidad no existen en Lanzarote y Fuerteventura.
El Parador Nacional de Fuerteventura fue cedido al Cabildo de la isla en 1996, incluso se le traspasó la propiedad del edificio, explican las mismas fuentes. “Después de unos años se licitó la explotación del hotel y desde entonces es una empresa privada la que explota ese hotel, que no tiene nada que ver con paradores”. La infraestructura que se encuentra en Lanzarote, y que en su momento funcionó como parador, dejó de serlo en 1969.
En Canarias la historia de la Red Nacional de Paradores empieza en Gran Canaria, en el inicio de la época franquista, con un pequeño albergue de montaña que luego se convertiría en un hotel de cuatro estrellas, y acaba en El Hierro, casi 40 años después, con el comienzo de la etapa democrática.
Tras la apertura del parador de La Cruz de Tejeda, y después del parón en la actividad económica que produjo la Guerra Civil y Segunda Guerra Mundial, el Mando Económico abrió la puerta a la adquisición de los terrenos en Santa Cruz de La Palma y en Puerto del Rosario (en aquel momento Puerto Cabras). Unos años después, la Dirección General de Turismo levantó los paradores en la capital de Lanzarote, Arrecife, y en Las Cañadas del Teide, en Tenerife. Hasta que llegó 1976 y se construyó el último en El Hierro.
La red tiene 97 paradores nacionales, uno de ellos en Portugal, el primer franquiciado de esta red, que nació tras la idea de abrir una nueva línea de negocio con una serie de condiciones. “Estuvimos explorando y en Portugal había un edificio que cumplía los requisitos”, explican estas fuentes. Por ello, se decidió que formara parte de esta red que se extiende por todo el territorio peninsular y por los dos archipiélagos.
En estos momentos hay seis proyectos de paradores nacionales en marcha: Galicia, Aragón, Ibiza, Guadalajara y Castellón. Sin embargo, en Canarias no existe ninguna idea de poner en funcionamiento los paradores de Lanzarote y Fuerteventura. Fuentes de la empresa explican que cuando José Manuel Soria (PP) fue ministro de Industria, Energía y Turismo de España aseguró que no se iban a construir más paradores que esos que estaban en marcha y que todo iría en función de la dotación presupuestaria que recibieran.
Las inversiones de rehabilitación hechas durante 2017 en los paradores canarios, sin contar Cruz de Tejeda, suman 305.000 euros. En Las Cañadas del Teide se procedió a la renovación de todos los aseos públicos y redecoración de la infraestructura. En La Palma se hicieron varias actuaciones en la piscina y redecoraron textiles y alfombras. En La Gomera se aprobó la reforma de todos los baños. Y el de El Hierro se redecoró y se instaló un ascensor, explican desde paradores.
En la actualidad todos los esfuerzos se centran en la recuperación del parador de Gran Canaria, que se vio afectado por el incendio que el pasado mes de septiembre quemó 3.000 hectáreas en la cumbre. La piscina exterior del establecimiento y 17 de las habitaciones con vistas a la cuenca de Tejeda sufrieron los efectos de las llamas, aunque no todas de igual manera. En aquel momento, la secretaria de Estado de Turismo, Matilde Asián, aseguró que 14 de ellas tienen “daños considerables y precisan de una rehabilitación integral mientras que otras tres tan solo han sufrido desperfectos en cortinas y diversos elementos ornamentales”.
“El coste de las obras de rehabilitación de Cruz de Tejeda asciende a 1,2 millones de euros”, explican fuentes de la red de paradores consultadas por este periódico. “Ya está terminada la cubierta, que era de urgencia y erstá licitado el arreglo de las habitaciones”, afirman. Ahora mismo hay un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para gestionar la situación laboral de los trabajadores hasta que se abra de nuevo y se reintegre toda la plantilla. “Se están realizando todas las obras de reconstrucción y está previsto que se abra en el último trimestre de este año”, aseguran.