La mayoría de los jóvenes que se emancipan en Canarias son extranjeros

EFE

4 de diciembre de 2024 15:58 h

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Canarias tiene la segunda tasa de emancipación juvenil más alta de España, del 20%, solo superada por la de Cataluña, pero esa cifra tiene truco: en una comunidad donde el sueldo medio es el segundo más bajo del país y los alquileres son los quintos más caros de España, buena parte de los jóvenes que han logrado vivir por su cuenta son extranjeros.

Es lo que revela la última entrega del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, que precisa que la tasa de emancipación de los jóvenes residentes en Canarias y nacidos en las islas es de solo el 12,8 %. La de los jóvenes extranjeros que se han mudado a vivir a las archipiélago sube, en cambio, hasta el 41,4%.

La presidenta del Consejo de la Juventud de Canarias, Brenda Rivero, ha señalado en rueda de prensa que el perfil de joven emancipado en las islas es el de una persona de 30 años que vive en piso compartido, con mayor número de convivientes que la media nacional.

A pesar de las cifras positivas de este Observatorio de Emancipación (2º semestre de 2023), que ha contabilizado u total de 17.136 personas jóvenes más emancipadas en Canarias en relación al mismo periodo del año anterior y un aumento de 4,25 puntos porcentuales, el Consejo advierte de que los jóvenes de Canarias se enfrentan al alquiler más caro de la historia, 1.024 euros al mes, con los segundos salarios más bajos de España, 843,77 euros.

Para Rivero, que Canarias tenga la segunda tasa más alta de España es “un titular fantástico” pero no obedece a la realidad de las islas, ya que “solo dos de cada diez puede emanciparse y tienen 30 años” lo que significa que “ha ido creciendo la edad media porque los jóvenes ya no se emancipan en las edades que eran habituales”.

Como ha detallado el técnico de investigación del Consejo de la Juventud de España, Rubén Díaz, a los jóvenes canarios menores de 35 años “les faltarían 180,23 euros al mes, sin contar los suministros, la alimentación y otros gastos básicos” para acceder a una vivienda en solitario cobrando el salario medio.

A finales de 2023, el alquiler de una vivienda tenía un precio medio de 1.024 euros mensuales en Canarias, un 11,3% más con respecto al año anterior, lo que lo convierte en “el más caro de la historia”.

En la provincia de Las Palmas, los precios eran algo más caros (1.056 euros al mes) que en Santa Cruz de Tenerife (976 euros al mes).

Para los jóvenes en Canarias, ha dicho, “es imposible emanciparse en solitario”, aún teniendo los ahorros necesarios para acceder a una hipoteca, ya que tendrían que dedicar su sueldo íntegro de 5,2 años para poder pagar la entrada y el 95,1 % de su sueldo para poder vivir en solitario con vivienda en propiedad.

El responsable de Socioeconómica del Consejo de la Juventud de España, Javier Muñoz, ha definido la situación de la emancipación de los jóvenes como “crítica”, ya que uno de cada tres jóvenes está en riesgo de pobreza.

El 22% de los jóvenes en riesgo de pobreza tiene trabajo y el 37% está sobrecualificados para su puesto. Además, ha añadido, “uno de cada tres estudia y trabaja” porque solo un 2% puede destinar su tiempo a una de las dos actividades en exclusiva.

Con un salario medio de 1.005 euros, los jóvenes españoles deben destinar más del 100 % de su sueldo al alquiler, lo que “les obliga a compartir vivienda”.

En esta línea, ha subrayado que España necesita “medidas urgentes” para resolver la situación y no cronificar la desigualdad, con “mejoras laborales para la juventud, la eliminación del empleo en prácticas extracurriculares y la figura del becario”, para así “asegurar un mínimo de derechos”.

Desde el Consejo de la Juventud de España piden un “cambio del modelo productivo” para eliminar los trabajos precarios y “fomentar que los jóvenes tengan una formación de condiciones dignas”.

Por otro lado, el Consejo insiste en la necesidad de mejoras en el ámbito de la vivienda, porque “es insostenible no solo para los jóvenes”, por lo que piden “un cambio de concepción de la vivienda que debe pasar de ser un producto de mercado y especulación para para entenderse como un derecho”.

A largo plazo, ha dicho, las medidas pasan por “fomentar la vivienda publica y alquiler social, y a corto plazo”, por “la limitación de alquiler en zonas tensionadas”, y el fomento de la vivienda residencial con medidas fiscales que la incentiven por encima del uso turístico, así como “aumentar el parque disponible con la vivienda vacía”