El barco británico Cheshire, que desde principios de la semana pasada está combustionando en sus bodegas unas 40.000 toneladas de nitrato de amonio, ya ha alcanzado la posición designada por la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (SASEMAR) para poder trabajar en las labores de extinción de esta ignición que está provocando una humareda tóxica de color blanca y naranja. Según explican desde la entidad dependiente del Ministerio de Fomento, el buque, de 385 metros de eslora, está a unas 40 millas al sur de Gran Canaria.
En estos momentos, tras haberse consumido toda la carga en tres de las cinco bodegas, la reacción química está teniendo lugar en las bodegas uno y dos. Desde Bibby Line Limited, empresa dueña del barco, indican que el gas tóxico que se desprende de la embarcación ha impedido acceder al mismo a ningún técnico, punto corroborado por Salvamento Marítimo, que añade que en las últimas semanas solo se ha podido llegar a la cubierta del Cheshire en momentos puntuales para tomar el remolque y disponer de medios de acceso.
Así, en cuanto se mitigue la emanación de humos y la situación sea más seguro, se podrá acceder a bordo, pero por ahora las únicas labores que se están realizando es el enfriamiento del casco desde los remolcadores. Por tanto, el estado exacto del barco se conocerá cuando se pueda inspeccionar una vez sea seguro el acceso al mismo. Salvamento Marítimo recalca que no actúan con la hipótesis del hundimiento del barco, “sino que se está trabajando para asegurar su salvamento”.
Junto al Cheshire se encuentran otras tres embarcaciones, dos remolcadores (el Red Sea Bos y el VB Hispania) y el Miguel de Cervantes de Salvamento Marítimo, que está prestando apoyo y también está dispuesto para la intervención en caso de emergencia. En las últimas hora se ha retirado el remolcador Jacques 2, también contratado por la empresa y que ya se dirige hacia el puerto marroquí de Casablanca.
Al sur de Gran Canaria está previsto que, una vez se frene la descomposición de la carga en las bodegas, la empresa estadounidense Resolve Marine -contratada por el armador para coordinar las labores de rescate y que está especializada en recuperación de embarcaciones accidentadas- comenzará a actuar con el acceso a bordo de sus técnicos y materiales especializados para poder controlar la situación. Y es que, a esta distancia de la costa el acceso por helicóptero es más factible para transportar recursos y personas. Bibby Line Limited calcula que, en caso de no poder sofocar la combustión, el fertilizante que transporta el Cheshire en las dos bodegas activas se terminaría de consumir a finales de este mes de agosto.
A pesar de que Resolve Marine solicitó una zona de exclusión por aire y mar de tres millas náuticas por seguridad, Salvamento Marítimo se la ha denegado porque no la considera necesaria. “El buque se encuentra fuera de aguas territoriales españolas -apuntan desde la entidad de Fomento-. No obstante, se están emitiendo avisos a navegantes, avisando de la posición del barco, e instando a que mantengan el debido resguardo”, subrayan.
Desde Salvamento Marítimo por el momento no consideran necesario desplegar más medios acuáticos, aunque recuerdan que el buque Punta Salinas está de guardia en el Puerto de La Luz y de Las Palmas. “Se considera preferible no desplazarlo a la zona por el momento por si se tiene la necesidad de tenerlo disponible para otras posibles emergencias que pueden surgir”, comentan sobre este barco, y agregan que también se están realizando reconocimientos en la zona con los medios aéreos de SASEMAR con el fin de evaluar la situación.
El Cheshire empezó a tener problemas el pasado 14 de agosto cuando, debido a un fuerte aumento de la temperatura, comenzó una combustión en la bodega cuatro, desde donde se expandió a la cinco y a la tres, que ya están extintas. Debido a este accidente los 24 tripulantes fueron evacuados para evitar que sufrieran intoxicaciones por los gases que emana la ignición. Después de quedar a la deriva una semana, llegando a situarse a unas 120 millas náuticas al suroeste de la isla de El Hierro, el pasado lunes pudo ser enganchado y comenzó a ser remolcado, primero en dirección a la Isla del Meridiano y finalmente, desde este miércoles, al sur de Gran Canaria. Las únicas declaraciones realizadas por el Gobierno de Canarias fueron las del presidente autonómico, Fernando Clavijo, quien erróneamente sostuvo el pasado 15 de agosto que el barco estaba hundido, una afirmación que todavía no ha corregido.
El nitrato de amonio, que el Cheshire trasladaba desde Noruega a Tailandia, es un fertilizante que se emplea tanto en la industria agrícola como para la construcción de explosivos y un vertido en el agua tiene efectos nocivos para la cadena trófica desde su primer nivel. De hecho, en el año 2015, el hundimiento de una barcaza con 180 toneladas de fertilizantes de nitrato de amonio en Costa Rica hizo que el Gobierno del país centroamericano tuviera que declarar una alerta roja que obligaba a evacuar las playas e impedía el baño en las mismas y la pesca. En el país centroamericano la alerta roja se mantuvo menos de 24 horas, ya que al día siguiente del incidente se rebajó a amarilla y la Comisión Nacional de Emergencias aseguró que el riesgo para la población al entrar en contacto con el agua era reducido. Eso sí, se mantuvo la veda a la pesca hasta que se dieran los resultados de los análisis realizados. Inhalar nitrato de amonio puede causar tos, dolor de cabeza y dolor de garganta, pero si se consume provoca dolor abdominal, labios y uñas azuladas, piel azulada, convulsiones, diarrea, vértigo, vómitos y debilidad y si entra en contacto con la piel causará irritación, al igual que si entra en contacto con los ojos.