La reforma del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barranco Seco (Las Palmas de Gran Canaria) continúa sin fecha de inicio tres meses después de que la delegada del Gobierno en Canarias, Mercedes Roldós, la anunciara. La apertura de ofertas estaba fijada para el 1 de marzo según la convocatoria de licitación publicada por el Boletín Oficial del Estado (BOE) y ha concluido con la adjudicación a la empresa Acciona Construcciones S.A. por un importe de 1.299.321, según ha informado a este periódico la delegación del Gobierno en Canarias.
Aún está en fase de evaluación (pendiente de la autorización de Hacienda) la remodelación de un edificio que tiene más de un siglo de historia y que fue la antigua prisión provincial de Las Palmas durante el franquismo. Y se ejecutará en un plazo de seis meses desde el comienzo de las obras; que tendrán lugar “en breve”, según el Ministerio del Interior.
Este año el CIE de Barranco Seco ha seguido funcionando y albergando internos: de hecho, en la visita de inspección que realiza la jueza de control de dicho centro en Las Palmas de Gran Canaria se pudo constatar que una persona de nacionalidad marroquí es la única persona interna que hay en la actualidad en el edificio.
Cuando comiencen las obras en el centro de la capital grancanaria, con capacidad para albergar a 168 internos, sólo estará operativo el de Hoya Fría (Santa Cruz de Tenerife), que tiene 238 plazas. Cabe recordar que en Canarias también existe otro CIE en Fuerteventura con 910 plazas, en concreto ubicado en el Acuartelamiento Teniente Coronel Valenzuela, en la localidad de El Matorral, pero permanece cerrado de forma provisional desde 2012, aunque Interior continúa manteniendo los gastos por “previsión” en el “supuesto de que haya un repunte de la inmigración”.
Durante el primer trimestre de 2018, el Ministerio del Interior ha registrado la entrada de 80 personas en Canarias vía marítima (en pateras o cayucos) hasta el 15 de abril, lo que supone un descenso de cinco personas con respecto al mismo periodo del año anterior. Desde 2015, cuando alcanzaron las costas del Archipiélago 874 personas, la dinámica ha sido descendente: 663 personas en 2016 y 423 el año pasado.