Organizaciones vecinales, sociales, culturales, políticas, sindicales y del movimiento obrero canario han constituido el Comité Popular por la Exhumación de la fosa común del Cementerio de Las Palmas. El objetivo es recuperar los restos mortales de las personas asesinadas durante la dictadura y enterradas en este lugar.
El Comité reprocha la “dilación” que ha sufrido este compromiso que adquirió el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El mes pasado, el Consejo Asesor de la Memoria Histórica recomendaba no exhumar esta fosa, de momento, al sostener que no existen indicios exactos de dónde se encuentran las personas asesinadas durante el franquismo.
Según el colectivo, en este cementerio capitalino están enterrados más de 120 antifascistas, asesinados a partir del golpe de estado del 36 “por defender la libertad y los derechos de la clase trabajadora de las islas”.
El objetivo que se ha marcado el Comité será el de desarrollar una campaña indefinida con todo tipo de acciones y movilizaciones, hasta la consecución del objetivo “democrático y justo de exhumación de este agujero del horror fascista”. También lucharán por la identificación de los restos, la creación de un banco de ADN y por la entrega a las familias de las víctimas de cada hueso para darles sepultura digna.
La apertura de esta fosa ha enfrentado a dos asociaciones de memoria histórica con el Consistorio. Concretamente, el Foro Canario de Víctimas del Franquismo y la Plataforma de Familiares de Fusilados de San Lorenzo se han mostrado muy críticos con la actuación del concejal del área, Sergio Millares.
Francisco González, nieto del sindicalista de mismo nombre fusilado y enterrado en esta fosa común ha reiterado en numerosas ocasiones que su padre, Diego González, de 90 años, no quiere morir sin recuperar los restos de su padre.